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Desafortunado carpetazo de Cofece al caso Moech Cooperatief-Marzam
Todo un embrollo se generó con la que debía haber sido una muy buena noticia porque concluía en forma definitiva el capítulo relacionado con el caso Nadro-Marzam donde la autoridad anticompetencia ya garantizaba que no iba a ver problemas o sospechas de intentos monopólicos o anticompetitivos de parte del fondo de inversión holandés que posee el control de la empresa Marzam.
La Comisión Federal de Competencia (Cofeco) reportó en un comunicado que le daba el beneficio de “dispensa o reducción de multas por una sola ocasión” al fondo Moech Cooperatief UA -como persona moral- y a su dueño Luis Doporto Alejandre -como persona física- para con ello cerrar el expediente en forma anticipada y dejaba en claro que fue la empresa la que se presentó a solicitarlo.
La autoridad explicó claramente que dicha dispenza es un derecho que otorga la Ley de Competencia (LFCE) para los investigados y éstos a cambio se comprometen a cumplir ciertas acciones para garantizar que quedará eliminado cualquier elemento que obstaculice la competencia.
Hasta ahí todo iba bien.
El problema es que los términos usados por Cofece en la difusión del asunto levantó grandes insatisfacciones. El malestar de Doporto y el Fondo es que Cofece hace entender que Moech Cooperatief UA sí incurrió en responsabilidad y que los compromisos acordados son en parte para “restaurar el proceso de competencia y libre concurrencia en el mercado investigado” cuando en los hechos la autoridad reconoció en su propia notificación que no hubo ilegalidad en la compra de Marzam. Y por lo mismo ahora solicitan que se haga publica dicha notificación.
El punto fue que Cofeco vuelve a detonar la percepción de que la empresa hubiera cometido una concentración ilícita, cuando -dice el abogado Mauricio Padilla- realmente la autoridad no tuvo elementos suficientes para elaborar un dictamen de probable responsabilidad y poder sancionar.
El punto es que Moech Cooperatief UA junto con su representante legal Luis Doporto, tienen la certeza de que no les perdonaron nada porque demostraron que no hubo nada ilegal en la compra, y que si recurrieron al recurso de salirse del proceso aceptando compromisos fue para no seguirle dedicando tiempo porque se preveía que durara mínimo otros dos años.
Padilla nos comenta que incluso los compromisos expuestos por el fondo habían sido mucho más estrictos para que la autoridad se quedara tranquila de que la competencia quedaba bien resguardada pero la misma Cofece los suavizó y los hizo más laxos en forma y plazos. Todo estuvo bien, lo único que faltaba era que Cofece lo hiciera público.
Por eso cuando vieron el tono del comunicado es que se detonó una gran inconformidad.
Nadro, el otro inconforme
Pero no sólo eso, el reporte de Cofece causó otro enojo, y ese fue Grupo Nadro que consideró fuera de lugar volver a citar tanto el nombre de la empresa como de su presidente Pablo Escandón, y su esposa la señora Marina Matarazzo, cuando ese fue un asunto que ya había superado, pues el caso incluso llegó a la Suprema Corte que definió que los Panama Papers no eran sustento para iniciar una investigación.
Cofece volvió entonces a empezar el proceso ahora señalando solamente al fondo de inversión y sin incluir en la investigación a los dueños de Nadro. De ahí, que el hecho de que ahora mencionara los nombres como parte de los antecedentes generó malestar al grado de que el equipo legal de Nadro y la señora Matarazzo están incluso considerando levantar demanda contra las autoridades de Cofece por afectación o daño moral al volver a exponer una situación que ya estaba aclarada.
Lo que sí, es que enmedio de todo el asunto queda la empresa distribuidora Marzam que con José Alberto Peña a la cabeza ha hecho un muy buen papel reconocido por otras distribuidoras pero incluso por la misma Nadro que si ha notado su competencia.
maribel.coronel@eleconomista.mx
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