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Opinión

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Desarrollo incluyente en zonas económicas especiales (II)

En la entrega anterior comentamos sobre la importancia del lanzamiento de Zonas Económicas Especiales (ZEE) para la generación de un dinamismo económico superior y su impacto en la consolidación de clústeres agroalimentarios.

La definición de las ZEE establecidas por el gobierno federal el pasado 28 de enero beneficiará a los clúster agroalimentarios con orientación a la exportación de Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Guerrero y municipios colindantes al Puerto Lázaro Cárdenas en Michoacán.

Una de las actividades mejor posicionadas para detonar nuevos proyectos exportadores está en los frutales. En particular, la producción de mango en la región, que representa 50% de la producción nacional en más de 88,000 hectáreas. Las condiciones agronómicas caracterizan al área como de alto potencial productivo, por lo que requerirá establecer agroparques que permitan segmentar por calidades para que se pueda determinar la oferta. En experiencias similares de proyectos integrales, una vez establecida la industrialización se implementan esquemas de integración agroindustrial para incrementar la calidad de la materia prima mediante el manejo integral de producción de plantas, establecimiento de variedades de calidad para la industria, mantenimiento de huertas, modernización de cosecha y transporte, así como construcción de industria de procesamiento.

Otra de las actividades con importante potencial es la palma de aceite. En Tabasco y Chiapas se produce el 83.9% del país; ambos estados cuentan con gran potencial de crecimiento. De la misma manera que el mango, la industrialización con fines de exportación requiere de crear nuevas capacidades en campo y en industrialización y se cuenta con experiencia en campo y la estructura productiva para implementar proyectos de ampliación productiva, trazabilidad y estandarización de la calidad del producto.

En cuanto a la producción de café, Chiapas, Oaxaca y Tabasco generan 50% de la producción nacional del estimulante, en una superficie superior a 393,000 hectáreas. En este caso, la productividad con calidad es la clave para llevar al café nacional a posiciones más competitivas a nivel internacional. El café requiere de proyectos que fortalezcan los esquemas de comercialización, desarrollo de nuevos mercados (cafés de especialidad) y paquetes tecnológicos acordes a las variedades tolerantes a la roya.

Cabe destacar que en los tres casos comentados existiría un alto impacto social, toda vez que actualmente estas actividades primarias son realizadas por pequeños productores de comunidades en zonas prioritarias para programas sociales.

De la misma manera, existen oportunidades para la exportación en industrias como la azucarera, la producción de carnes y de huevo, entre otras.

La adecuada implementación de las ZEE requerirá de esfuerzos conjuntos, sostenidos e integrales, que consideren aspectos normativos, legales y comerciales, tanto de infraestructura como de seguridad. Pero sin duda el esfuerzo valdrá la pena para convertir a esta región del país en fuente de riqueza y prosperidad para sus habitantes.

*Marco Antonio Cabello Villarreal es especialista en la Subdirección de Desarrollo de Productores y Prestadores de Servicios en FIRA. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

mcabello@fira.gob.mx

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