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Diferencias conceptuales para invertir en verde (I)
Las preocupaciones sobre el desequilibrio ecológico, cambio climático y otros problemas ambientales han ocasionado que el mercado responda con iniciativas que intentan brindar soluciones a los consumidores para que puedan adquirir servicios “libres de culpa”.
De igual manera, los gobiernos de diferentes países han presentado iniciativas nacionales para cumplir con reducciones de gases de efecto invernadero y metas de desarrollo sostenible y, entre otros aspectos, han propuesto también regulaciones ambientales más estrictas, lo que representa una clara señal sobre el interés que existe y el rol que todos los actores involucrados juegan en tener productos y servicios más responsables con el medio ambiente y la sociedad.
Sin embargo, no siempre resulta claro tanto para las empresas como para los consumidores cuál es la solución que se propone a qué problema.
Es decir, incluso desde la parte conceptual, suele no ser claro para todos a qué se refieren, por ejemplo, los términos climático, verde o sostenible.
Sin lugar a dudas los tres términos están relacionados, aunque no son necesariamente lo mismo. Cada uno ofrece un tipo o un “diferente de tonalidades de verde” por así decirlo.
En el presente artículo se ofrece una descripción de los diferentes conceptos y algunos ejemplos de acuerdo con el tipo de proyectos, productos o iniciativas a las que se hace referencia cuando se habla de cada uno de estos términos.
Empezando de lo más particular a lo general, el término “climático”, según la definición del diccionario, refiere a algo que es relativo al clima. Aplicando esta definición a un sentido “verde” o que refiera a un tema ambiental, este concepto refleja la actual preocupación por el “cambio climático”.
En materia ambiental, el cambio climático es sin lugar a dudas uno de los principales problemas que enfrenta el mundo, sin embargo, este término sólo se enfoca en cuestiones del clima y en cómo ha sido afectado éste por la actividad humana, sus causas y propuestas de mejora.
Como ejemplo de uso de este concepto encontramos la agricultura climáticamente inteligente, que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, plantea el uso de prácticas agropecuarias dirigidas a adaptar la producción a los efectos del cambio climático y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo anterior, al mismo tiempo que se mantiene o incrementa la productividad, al igual que se busca en el acuerdo de París limitar el cambio climático a un nivel por debajo de 2°C, y en el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima, donde se emiten recomendaciones para que se consideren los riesgos asociados al cambio climático en el sector financiero, entre otras iniciativas.
En la segunda parte de este texto, se ofrecerá una descripción de los conceptos “verde” y “sostenible” para evidenciar similitudes y diferencias entre los tres conceptos, incluidos ejemplos de iniciativas que ilustren cada uno de éstos.
*Erick Rodríguez Maldonado es especialista de la Subdirección de Pesca, Forestal y Medio Ambiente de FIRA. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.