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El informal en tiempos de pandemia
Ser informal no solo es aquel que no cumple sus compromisos, el que llega tarde, o en estos tiempos no usar el cubrebocas; cuando hablamos de una “empresa informal” entendemos que es aquella que desarrolla una actividad económica no regulada, fuera del control de las estructuras de gobierno, es decir, oculta a las regulaciones fiscales y controles administrativos. La economía informal supone un factor problemático para la salud fiscal de las naciones, no sólo por lo que deja de recibir el fisco, sino por la competencia desleal y la falta de compensaciones sociales y jubilatorias que conlleva para sus trabajadores.
La pandemia nos obliga a analizar cuál es el comportamiento gubernamental con las empresas formales e informales.
Olvidémonos por un momento la rentabilidad electoral que implica en un país como el nuestro NO MOLESTAR a la economía informal, porque si nos metemos en ello, cualquier gobierno irresponsable concluiría que mas vale dejarlos así, dejarlos fuera del radar fiscal y del control gubernamental, ellos estarían contentos y sumisos a la hora de votar a quien ofrece ese falso refugio y, por el contrario, bien vale solo concentrarse en las empresas formales, son menos y pagan impuestos, y ahora con la nueva modalidad, si los amenazo penalmente hasta más rápido pagan. Pero un gobierno responsable sabe que, a la larga, lo que mas le conviene es tener más empresas formales, con más empleos formales, para tener una sociedad más justa y prospera.
Veamos los hechos.
Es un hecho documentado que en tiempos de pandemia el gobierno federal mexicano, ofrece solo a los microempresarios del sector informal los mismos apoyos sociales (créditos sin intereses) que a las micro empresas formales, sin tomar en cuenta que su enfoque debería ser por apostar a que subsista la mayoría de las empresas formales, ya que eso significa permitir que continúe el empleo formal, que paga contribuciones, que otorga prestaciones de seguridad social y previene la jubilación de sus trabajadores. Además, conforme al patrón ideológico de esta administración federal, sería imposible pensar en apoyar o mitigar temporalmente los efectos económicos nocivos del coronavirus a las empresas pequeñas, medianas y grandes.
Alguien podría decir: !no seas socialmente insensible!, hay que reconocer la existencia del problema y ayudarlos a que evolucionen a empresas formales, y no podríamos estar en desacuerdo con ese argumento, pero volteo y pregunto, y no encuentro ni un solo plan o estrategia para que eso suceda, lo único que se percibe son acciones fiscales fuertes y severas contra el contribuyente cautivo, y para la empresa enferma por las consecuencias económicas del Covid-19, lo único que se percibe es que se pretende dar tratamiento pandémico gubernamental parejo para los formales e informales, pero solo a las micro empresas.
Para la micro y pequeña empresa formal, ¿cuál es el mensaje?, que de por sí, compite de forma desleal y desventajosa con la empresa informal, pues no paga impuestos, no tienen cargas administrativas y además genera empleo irregular por los beneficios que no les otorga a sus trabajadores. Es una clara invitación a pasarse al otro bando, al lado de la informalidad, ahí donde no se hace patria, pues no cumples con pagar impuestos conforme a nuestras leyes.
Ni Gabriel García Márquez habría pensado un escenario más desolador, haciendo una metáfora, recordemos que en su libro “El amor en los tiempos del Cólera”, Juvenal Urbino, está obsesionado con erradicar el cólera, la enfermedad que le había quitado la vida a su padre, aquí parece que alguien está obsesionado con erradicar la empresa formal, y no el Covid-19, y además esto le cayó como anillo al dedo.
Reginaldo Esquer Félix es Presidente de la Comisión Nacional Fiscal de Coparmex.