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El paso a paso para empezar a invertir (VII)
(Séptima parte)
La tercera gran clase de activos –maneras de invertir nuestro dinero– es comprar bienes que tienen el potencial de apreciarse. Hay una enorme variedad. Pueden ser obras de arte, colecciones, joyas, metales preciosos como el oro, petróleo, granos, criptomonedas y otro tipo de activos virtuales, etc. Incluso un bien raíz como un terreno.
A diferencia de invertir en un negocio, este tipo de bienes no producen ingresos por sí mismos. Son simplemente cosas a las cuales la gente les da un valor, que puede subir y bajar dependiendo de muchísimos factores. En algunos casos se les atribuye protección inflacionaria, o se piensa que son “seguros” como el oro, aunque su precio es muchas veces más volátil que el de las acciones.
Por simplicidad, a esta gran clase de activos le llamaremos commodities, que se definen como bienes básicos que pueden ser intercambiados por otros del mismo tipo. En general son usados como materia prima en procesos productivos, como por ejemplo el petróleo, el oro y otros metales, granos como el maíz, entre otros.
Desde luego, no todos los bienes que mencionamos anteriormente caerían en la definición de commodities, como las obras de arte o ciertas piezas de colección, que son únicas. Sin embargo, cuando uno las adquiere como inversión, la aspiración es que las pueda vender en un futuro a un precio mayor, y obtener por lo tanto una utilidad. Por eso decidí incluirlas en esta “manera” de invertir.
Los commodities, en especial aquellos que comercian en mercados financieros, son por lo general la clase de activo más volátil que existe y están sujetos a muchísima especulación. Una de las razones es que se pueden comerciar –intercambiar– en el momento y de manera física (lo que se conoce como spot) pero por lo general se negocian en el mercado de futuros. Estos son contratos que se conocen como “derivados” y que obligan a ambas partes a comprar o vender un commodity a un precio determinado en una fecha futura.
Se utilizan como cobertura, para que empresas que utilizan estos commodities como materia prima en sus procesos productivos, puedan tener certidumbre en sus costos. Porque de otra manera, estarían demasiado expuestos a la enorme volatilidad que tienen los precios de estos productos. Lo mismo, pero en sentido inverso, aplica a los productores. Es fácil imaginar que a cualquier agricultor de maíz, le gustaría tener certeza del precio que recibirá por su siguiente cosecha.
Ahora bien, como cualquier instrumento financiero, los contratos de futuros son muy utilizados para especular. Por ejemplo, hoy una onza de oro vale 1,885.20 dólares A lo mejor pienso que el mundo está entrando en una espiral inflacionaria y que el oro va a subir mucho en los próximos meses, pero no quiero comprar el oro físico, ya que no tengo dónde almacenarlo.
Lo que sí puedo hacer es comprar contratos a futuro que me garanticen un precio por onza de 2,000 dólares en enero de 2023. Si en ese momento el oro spot se comercia a 2,500 dólares, estaré realizando una ganancia de 500 dólares. Si no ocurre lo que yo pensaba y el precio del oro es menor al del contrato de futuros, tendré que asumir una pérdida.
Lo anterior a manera de ejemplo. Recordemos que esta serie no es sobre especular, ni de perseguir rendimientos de corto plazo, sino de invertir con miras a la formación de un patrimonio.
Cuando uno se pone a investigar, encuentra que durante buena parte de los años, los commodities resultan ser la peor clase de activo y muchos inversionistas no los incorporan como parte de su portafolio. Además, como ya mencionamos, tienen una altísima volatilidad (riesgo). Una pregunta natural sería ¿Cuál sería su función en un portafolio de inversión? Hay dos razones potenciales para considerar incluirlos:
En general se consideran cobertura contra la inflación. Cuando los precios generales están subiendo, el precio de los commodities tenderá a subir también.
Aportan diversificación a un portafolio de inversión, debido a que a veces se mueven de manera contraria a los precios de las acciones o de los instrumentos de deuda. En otras palabras, pueden ayudar a disminuir la volatilidad (riesgo) de un portafolio de inversión.
Finalmente, habrá que recordar que no todos los bienes que tienen el potencial de apreciarse cotizan en mercados financieros, por ejemplo, las obras de arte, o los terrenos. Esta es una “manera de invertir” o clase de activos muy amplia en donde podemos encontrar muchas subclases con propiedades diferentes y relación riesgo-rendimiento distinta. Algunas podrán tener más sentido que otras en nuestro portafolio de inversión.