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Opinión

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El paso a paso para empezar a invertir (XXVI)

En esta que es la última entrega de esta serie, vale la pena recordar que sólo hay tres maneras de invertir nuestro dinero:

Prestar nuestro dinero a alguien más, quien promete pagar intereses y regresar nuestro capital en un plazo determinado. A grandes rasgos este tipo de instrumentos son denominados “instrumentos de deuda” porque representan eso: una deuda. Los emiten empresas y gobiernos para financiar sus actividades. Como a nosotros, les conviene hacerlo al menor costo posible.

Invertir en empresas o negocios, que son los responsables del crecimiento económico mundial. Cuando hacemos esto, nos convertimos en accionistas. Las acciones suben y bajan (tienen una gran volatilidad en sus cotizaciones), pero podemos esperar que en el largo plazo, si a esas empresas les va bien, su valor subirá.

Invertir en bienes o activos que pueden apreciarse. Como metales preciosos, obras de arte, gas o petróleo, granos, entre otros. Esta es la clase de activo (llamada commodities) es la más especulativa y también más volátil.

En general, un portafolio de inversión se puede construir con las primeras dos clases de activos. Invertir en empresas ofrece crecimiento a largo plazo de nuestro dinero, pero con muchos sobresaltos en el camino (volatilidad). Como ya dijimos, son las responsables de innovar, de que el mundo crezca y se transforme. Aún las personas más conservadoras deben invertir aunque sea una pequeña parte de su dinero en acciones. El papel de los instrumentos de deuda es ofrecer estabilidad y reducir esa volatilidad o riesgo de nuestro portafolio. Los debemos combinar dependiendo de nuestra tolerancia particular al riesgo. Uno de los más grandes errores de la gente al invertir es perseguir rendimientos sin tomar en cuenta el riesgo y por eso les va mal. En realidad, debemos hacer lo contrario: primero controlar el riesgo y luego intentar maximizar nuestro rendimiento potencial, para ese nivel de riesgo.

Los commodities pueden ser usados estratégicamente pero no son esenciales en un portafolio (aunque presentamos varios que los incluyen).

En esta serie hablamos mucho de la importancia de no tratar de adivinar cuáles empresas se desempeñarán mejor en el futuro, porque ni los expertos lo logran. La enorme mayoría de los fondos de gestión activa en el mundo, no logran ganarle de manera consistente al mercado en general, medido a través de índices representativos. Por eso para un inversionista promedio es mejor invertir, simplemente, en instrumentos de bajo costo que repliquen dichos índices.

El costo es muy importante y una variable que muchas personas descuidan porque no se dan cuenta del impacto que tiene. Pero pensemos por un momento: el rendimiento real esperado (por arriba de la inflación) que ha generado el índice S&P 500 desde 1950 es alrededor del 7% anual. El rendimiento real esperado (por arriba de la inflación) de los instrumentos de deuda puede ser entre 0 y 2% (en algunos casos es incluso negativo).

Entonces si usamos el portafolio 60 / 40 como benchmark, podemos esperar un rendimiento real anual (por arriba de la inflación) de alrededor del 4.5% anual. Nada mal. Ahora bien, si invertimos en fondos de inversión o en una gestora de activos que cobren comisiones de 1.5% anual por gestión, ellos se están llevando en realidad la tercera parte de nuestro rendimiento sin invertir un peso, sin incurrir en riesgos. Sólo por “manejar” nuestro dinero. A largo plazo la diferencia es muy significativa y pueden representar millones. El costo impacta directamente nuestro rendimiento y cuidarlo es una de las cosas más importantes que podemos hacer. Por eso en esta serie no hablamos de invertir en fondos, porque aún los que son indexados son muy caros en México, como ya demostramos. Afortunadamente tenemos acceso a ETFs, que dentro de las opciones que hay en nuestro país, representan la alternativa más eficiente.

Finalmente, vale la pena recordar que lo más importante es la constancia, la disciplina y la consistencia en nuestras inversiones. La mirada fija en nuestro objetivo (crear patrimonio de largo plazo), tener nuestro riesgo controlado para evitar tomar decisiones emocionales o impulsivas. Seguir nuestro proceso sin tratar de adivinar cuál activo será el “más rentable” o cómo debemos mover nuestro dinero ante las “perspectivas económicas de hoy”. Entendemos que en un horizonte de tiempo amplio, habrá muchos ciclos económicos, muchos momentos buenos y malos. Precisamente por eso construimos un portafolio sólido, de largo plazo y de acuerdo con nuestra tolerancia al riesgo.

Invertir un monto fijo cada mes nos permite precisamente promediar nuestros costos y comprar más títulos cuando de aquellos activos que están más baratos, y menos de aquellos que han subido de precio. El rebalanceo anual nos permite mantener el riesgo bajo control, pero también es una manera de tomar utilidades precisamente en los activos cuyo valor ha subido más, asignando esos recursos a los que se cotizan con descuento.

contacto@planeatusfinanzas.com

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Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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