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Opinión

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Elecciones y la guerra entre Rusia y Ucrania

2024 es un año que será recordado por la celebración de procesos electorales en, por lo menos, 75 países. Varios de estos comicios resultan de singular interés debido a que acontecen o ya lo han hecho, en países que influyen de manera decisiva en la escena regional y global. A propósito de la guerra entre Rusia y Ucrania, a punto de ingresar a su tercer año, hay cuatro comicios que resultan de especial interés para el presente y el futuro de conflicto, dado que sus protagonistas irán a las urnas, en algunos casos con resultados predecibles y, en otros no.

Los cuatro comicios para mirar son las elecciones presidenciales en Rusia, programadas para los días 15 al 17 de marzo; las elecciones del Parlamento Europeo, que tendrán verificativo del 6 al 9 de junio; y las de Estados Unidos, el martes 5 de noviembre. Queda por definir, en el caso de Ucrania, si habrá o no elecciones presidenciales puesto que las autoridades argumentan que mientras transcurra el conflicto con Rusia no hay condiciones para celebrarlas. Originalmente está contemplado que se realicen el 31 de marzo.

Comenzando con los comicios presidenciales en Rusia, se anticipan pocas sorpresas. El actual mandatario Vladímir Putin se perfila como el favorito para ganarlos, toda vez que la oposición es muy débil y, como lo muestra el caso de Yekaterina Duntsova, diputada de la Duma estatal de la ciudad de Rzhev, es muy difícil desafiar al presidente en turno. Asimismo, la muerte del opositor Alexei Navalny en una cárcel de Siberia en circunstancias aun no aclaradas, corroboran que es hasta peligroso desafiar al presidente. Putin llega a la contienda con una economía en crecimiento y con algunos logros militares en el frente contra Ucrania, lo que lo fortalece aún más.

La Unión Europea tendrá elecciones para decidir la composición de los 720 eurodiputados que integrarán al Parlamento Europeo, órgano encargado de tareas legislativas y presupuestales que comparte con el Consejo de la Unión Europea. Es también un foro donde se confrontan las diversas corrientes políticas existentes en los países comunitarios, donde tradicionalmente se ha observado un predominio de los partidos de centroderecha y de los socialistas. En esta oportunidad, sin embargo, los partidos de ultraderecha se perfilan para asentarse como una fuerza política preponderante, lo que podría tener importantes consecuencias para la cohesión entre los 27 países y el consenso para responder a la guerra entre Rusia y Ucrania. La permanencia de Úrsula von der Leyen al frente de la presidencia de la Comisión Europea para un segundo mandato se antoja compleja. Ella quiere reelegirse en el cargo y tiene el apoyo de la democracia cristiana. Por ahora, personajes como Víktor Orbán, acérrimo detractor de Von der Leyen, postulan la necesidad de un cambio. Otros puestos en juego son la presidencia del Consejo Europeo, del titular de asuntos exteriores y la presidencia del Parlamento Europeo. Asimismo, si se afianza la ultraderecha en el Parlamento Europeo, el apoyo comunitario a Ucrania podría mermar en especial en terrenos como la ayuda humanitaria y la atención a los refugiados.

Estados Unidos tendrá los comicios más observados en el presente año y no sólo por el lugar que ocupa el país en las relaciones internacionales. A pesar de que se perfila como una reedición de los polémicos comicios de 2020 teniendo tanto a Joe Biden como a Donald Trump como candidatos por los partidos demócrata y republicano, respectivamente, la victoria de uno u otro claramente será un parteaguas en la contienda ruso-ucraniana. Con Biden reelecto, Ucrania recibiría apoyo militar en su resistencia contra Rusia. Con Trump, en cambio, quedaría a su suerte, dependiendo más de la solidaridad que Europa le pueda brindar.

Respecto a Ucrania, parece difícil que pueda llevar a cabo las elecciones debido al desarrollo de las hostilidades contra Rusia. Las parlamentarias de octubre pasado fueron canceladas y las presidenciales previstas para el último día de marzo de este año tal parece que correrán la misma suerte, si bien tanto dentro como fuera del país hay muchas voces que consideran que deberían celebrarse porque no hacerlo, lastima a la precaria democracia que tiene el país.

*La autora es profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Presidente del Centro de Análisis e Investigación sobre Paz, Seguridad y Desarrollo Olof Palme A. C. Premio Universidad Nacional 2022 en docencia en Ciencias Sociales. Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Crisis Ucrania-Rusia y sus Consecuencias del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).

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