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FAM: Desciudadanizar el proceso
El proceso del Frente Amplio por México (FAM) no fue lo que esperábamos. Desde el principio fue diseñado para tener, rapidito, un candidato o una candidata. La condición inicial de juntar 150 mil firmas en 17 estados ahuyentó, casi de inmediato, a los candidatos y candidatas que no traían atrás un apoyo partidario. Es decir, echó a aquellos que tenían un carácter ciudadano. Bueno, se dijo, eso está bien. Olvidemos esto.
En los hechos, el proceso ha terminado con la victoria de Xóchitl Gálvez, pero en el transcurso los partidos se entrometieron una y otra vez haciendo a un lado las reglas y tiempos que habían aceptado, afectando el trabajo del miniINE. PAN y PRD ya habían anunciado que su candidata sería la hidalguense antes de que Alejandro Moreno asegurara el lunes 28 que las encuestas no le favorecían a Beatriz Paredes. Nunca dijo a qué mediciones se refería. Las encuestas del FAM se dieron a conocer antes de lo informado y se suspendió la consulta del 3 de septiembre.
En pocas palabras, no se pudo llevar a cabo un proceso ciudadano. Los partidos impusieron sus reglas y acuerdos. Cuando hemos señalado todo esto las respuestas de quienes quieren cerrar los ojos son variadas: haiga sido como haiga sido (citando al clásico) ya tenemos candidata y es la que puede terminar con la 4T. Esto, por supuesto, no lo sabemos.
Otra: la ciudadanía impuso una candidata ciudadana a los partidos, no hay que quejarse. La realidad es que fueron los partidos los que decidieron antes de que terminara el proceso. Ya lo dije, antes de conocer los resultados de las encuestas del Frente, PRD y PAN ya la habían proclamado su candidata. No es menor preguntarse también si XG es una candidata ciudadana, cualquier valor agregado que esto represente. Es carismática, simpática y entrona; ha despertado el entusiasmo de una porción del electorado, pero todas esas virtudes no la hacen en automático una candidata desligada de los partidos.
Otra: el proceso tiene más virtudes que defectos. A veces un solo defecto basta para que nos pongamos sobre aviso sobre lo que puede pasar en el futuro. Una más que se daba también como argumento: no hubo sobresaltos ni rupturas. Cierto, pero a veces se impone una unidad que no vale la pena porque está vacía.
Una que me gusta mucho: hay un interés superior (sacar a la 4T del gobierno), no tomemos en cuenta los “detalles”. Esta frase esconde una versión arrastrada de: el fin justifica los medios. La historia del siglo XX nos enseña que cada vez que se esgrime “un supremo interés” para ignorar reglas o aplastar a otros se termina construyendo un símil de aquello que se combatía.
Algunos “argumentos” más contra las críticas al proceso del FAM: la política es una mierda y así hay que reconocerlo, no se puede ser purista. ¿Estos son argumentos de demócratas que aspiran a que las leyes se respeten? ¿O solo en los bueyes de mi compadre López?
Uno de los “argumentos definitivos” es: Beatriz Paredes ya aceptó las cosas como fueron, entonces, ¿por qué criticar al proceso? Bueno, en lo personal no hago los señalamientos a nombre de nadie más, independientemente de que las partes hayan aceptado.
Finalmente, está el cuestionamiento más duro: ¿de qué lado estás? Dudar de quienes critican lo propio es el inicio de las persecuciones y purgas, es negarse a los argumentos y al diálogo. Por cierto, es el mismo coro que acompaña al presidente: son traidores a la patria los que se oponen a la 4T.
Debo decir que Xóchitl me parece una buena opción para sacar a MORENA del poder, pero hay algunos datos que tenemos que tomar en cuenta: de los casi 90 millones de personas en el padrón electoral se inscribieron para el proceso del FAM cerca de dos y medio millones, menos del 3%. Se puede argumentar que casi no se hizo publicidad y no había dinero para una gran organización, que hubo poco tiempo, etc. Todo esto es verdad, pero también hay que agregar que según algunas encuestas el 50% de los nacionales no la identifica. Sumemos a esto que AMLO hará todo lo necesario, sea legal o no, para derribarla.
Xóchitl tendrá que hacer una campaña como la de Fox y el propio López, ganando tanto apoyo ciudadano como pueda para contrapesar (no anular) a los partidos y ser reconocida, una campaña que gane ciudadanos y ciudadanas.
Lo difícil está por empezar.