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Gasolina y peso fuerte, entre las obsesiones presidenciales
Va a ser muy difícil que el secretario de Hacienda convenza a los legisladores, mucho menos al mercado, de que es posible alcanzar una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3% durante el próximo año.
Y cuando Ramírez de la O aclara que es un rango de probabilidad entre 1.2 y 3%, pues básicamente lo que anuncia es que ante tal amplitud realmente no hay una expectativa definida, con todo lo que ello implique en materia de desequilibrio presupuestal y deuda.
Donde sí hay una cifra más clara es en el costo para las finanzas públicas de contener las presiones inflacionarias. El cálculo a tres meses de acabar este año es de 574,000 millones de pesos para todo el 2022.
La mayor parte, de acuerdo con los datos de Ramírez de la O, corresponde a los subsidios a las gasolinas que calcula en 430,000 millones de pesos.
Así, la 4T pasó de los cero pesos usados para el rescate de los trabajadores en la crisis de la pandemia a la cifra más alta jamás gastada por cualquier gobierno priista o panista en subsidiar gasolinas en un solo año.
Todo está inscrito dentro del catálogo de las obsesiones de López Obrador. Millones se quedaron sin ayuda en la peor recesión en 90 años porque ante los ojos presidenciales era el equivalente de los rescates bancarios del Fobaproa.
Pero cumplir con la promesa de “no más gasolinazos” que hizo en campaña bien vale usar medio millón de millones de pesos en un solo año. Y como hay excedentes petroleros, se cumple con la otra obsesión del equilibrio en finanzas públicas.
Hay otra obstinación presidencial que de hecho da margen al Banco de México (Banxico) y es que se mantenga la fortaleza del peso frente al dólar.
Hay, en estos momentos, una precepción de estabilidad financiera de la economía mexicana que ayuda a la paridad cambiaria y que definitivamente encuentra un refuerzo enorme en el elevado costo del dinero.
Ante los ojos de los mercados, el peso es la divisa de un país que conserva el grado de inversión, que tiene una buena relación comercial con Estados Unidos y una con tasa de interés elevada y en proceso de subir mucho más. Es un premio elevado frente al dólar que justifica el costo de oportunidad.
El subsidio a las gasolinas, no hay duda, ayudó a contener la inflación por debajo de los dos dígitos y la oportuna decisión de la Junta de Gobierno de Banxico de iniciar un agresivo proceso de aumento de la tasa de interés ayudó a la fortaleza cambiaria que hoy es muy evidente.
El peso está de regreso en estas horas recientes al nivel de los 20 por dólar porque hay la certeza de que Banxico no va a titubear hoy en anunciar un nuevo incremento en la tasa de interés que muestre su intransigencia con los altos niveles inflacionarios.
La obsesión presidencial con un peso fuerte hace menos difícil el trabajo del Banxico. Aunque, claro, con la autonomía que mantiene lo habría hecho de cualquier forma.
El diablo está en los detalles
Subsidio
Vale usar medio millón de millones de pesos en un solo año. Y como hay excedentes petroleros, se cumple con la otra obsesión del equilibrio en finanzas públicas.
Tipo de cambio
El peso está de regreso en estas horas recientes al nivel de los 20 por dólar porque hay la certeza de que Banxico no va a titubear hoy en anunciar un nuevo incremento en la tasa de interés.
Grado de inversión
Ante los ojos de los mercados, el peso es la divisa de un país que conserva el grado de inversión, que tiene una buena relación comercial con EU y una con tasa de interés elevada y en proceso de subir más.