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Hablemos ya de neuroderechos
La idea de que los derechos humanos deben ser protegidos no solo frente a las amenazas que vienen del exterior, sino también de los avances tecnológicos que pueden poner en riesgo nuestra privacidad, dignidad e identidad, ha llevado al surgimiento de una nueva disciplina conocida como en el mundo de la protección de datos como: neuroderechos.
Los neuroderechos son aquellos derechos que protegen al ser humano frente a la manipulación y el control sobre sus procesos cognitivos, emocionales y comportamentales. Se trata de una rama de los derechos humanos que ha adquirido gran relevancia en los últimos años. En América Latina, la discusión sobre los neuroderechos ha estado enmarcada en la protección de la privacidad y la dignidad de las personas frente a la recopilación y el uso de datos biométricos y neurofisiológicos, especialmente en el ámbito de la tecnología de la información y la comunicación.
Los países latinoamericanos, aunque han sido pioneros en la aprobación de leyes para proteger los datos personales de sus ciudadanos, en materia de neuroderechos todavía vamos atrasados pues ellos van más allá de la protección de los datos personales y abarcan también la protección de la privacidad mental, es decir, la protección de la información que se puede obtener a partir del análisis de la actividad cerebral.
En este sentido, es necesario destacar la importancia de las neurociencias y su aplicación en el ámbito de la tecnología. La neurotecnología, por ejemplo, permite el desarrollo de dispositivos capaces de leer y analizar la actividad cerebral, lo que puede tener consecuencias en la privacidad y la libertad individual.
En este contexto, países como Chile o Colombia hancomenzado a discutir la necesidad de una regulación específica para el uso de la neurotecnología. En el caso de Colombia, se está discutiendo una ley que regule el uso de la tecnología de lectura cerebral y que establezca las bases para la protección de la privacidad mental de los ciudadanos. Por su parte Chile ha consagrado a nivel constitucional la protección de los mismos, siendo pionero en el mundo sobre la materia.
Es importante destacar que la regulación de la neurotecnología no solo tiene como objetivo proteger la privacidad y la dignidad de las personas, sino también garantizar su seguridad y salud. En este sentido, es necesario tener en cuenta los posibles riesgos y efectos secundarios que pueden tener los dispositivos de lectura cerebral en la salud física y mental de las personas. Otro aspecto importante en la discusión sobre los neuroderechos en América Latina es el impacto de ella en la justicia penal. En algunos países de la región, como Brasil, se ha utilizado la tecnología de lectura cerebral como evidencia en casos penales.
Ante ello, es necesario garantizar que la utilización de la neurotecnología respete los derechos fundamentales de las personas y en este sentido, es importante destacar la necesidad de una regulación clara y específica que establezca los límites y las condiciones para el uso de la misma. Esta regulación debe ser guiada por los principios de respeto a los derechos humanos, la privacidad, la igualdad y la justicia. Además de la regulación específica para ella, es necesario fomentar la investigación y el desarrollo de políticas públicas que promuevan el respeto a los neuroderechos en la región.
La investigación en neurociencias y tecnología debe estar guiada por la ética y la responsabilidad social, y debe tener como objetivo el beneficio de la sociedad en su conjunto. Así, es importante destacar el papel de la educación en la promoción y la protección de los neuroderechos.
La educación en estas materias debe fomentar la reflexión crítica sobre el impacto de la tecnología en la sociedad y los derechos humanos. Solo así podremos garantizar una sociedad justa y respetuosa de los derechos humanos en la era de la tecnología. Pero hoy lo más importante es al menos generar espacios de diálogo entre industria, gobierno y sociedad sobre como nuestro país enfrentará uno de los desafíos más importantes que tenemos ya, arribando a nuestro país de la mano de muchos desarrollos tecnológicos.
*El autor es director de la Escuela de Gobierno y Economia de la Universidad Panamericana.