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¿Hacia más Salud Global?
Este año 2022 ya se acaba y vale la pena mirar hacia atrás para ver qué se hizo bien y dónde hay espacio de mejora, a fin generar más salud tanto a nivel nacional como global. Esta reflexión vale pena ya que el íntimo deseo de fin de año es que finalmente los diversos tomadores de decisión, tanto públicos como privados, hayan entendido que la salud es prioritaria, sabiendo, eso sí, que la memoria es frágil.
En ese contexto la pandemia de Covid-19 que vivimos desde el 2020, permitió testear los sistemas de salud nacionales frente a un desafío común, que fue igualmente complejo para todos, y en el mismo horizonte temporal.
Si bien todavía es muy temprano para sacar conclusiones definitivas sobre cuáles sistemas de salud respondieron mejor, ya existen algunas aproximaciones preliminares. Lo que es claro, que lo bien o mal que lo hayan hecho los diversos países, no depende exclusivamente de sus sistemas de salud, sino también de diversas otras políticas vinculadas a “las determinantes sociales de la salud”, como son el nivel educacional de una población, sus ingresos, entre otros.
Lo otro que dejó en evidencia la pandemia, es que no basta con mejorar los sistemas de salud nacionales para estar en una mejor posición para futuros desafíos similares, sino que los países también dependen de los niveles de salud del resto del mundo.
Ya sea por fenómenos propios de la globalización o las olas migratorias, existen desplazamientos poblacionales temporales o definitivos de enormes dimensiones, nunca antes vistos en la historia. Solo un dato: entre 1990 y 2020 se triplicaron, en términos absolutos, los viajes internacionales. Con cada una de las personas que se desplaza de un país a otro, viaja en su equipaje el nivel de salud de su lugar de origen.
En este contexto toma cada día más fuerza el concepto de Salud Global. Según Ilona Kickbusch, una de las líderes mundiales en esta materia y fundadora del Global HealthCentre (GHC), la Salud Global comprende aquellos temas que trascienden los confines nacionales y los gobiernos y que precisan una acción internacional a base de esfuerzos globales para determinar la salud de poblaciones.
Asimismo, acentúa que la Salud Global requiere de procesos de negociación multinivel y de múltiples actores que forman y manejan el espacio de política global para la salud, no solo dentro de este ámbito sino también fuera del mismo.
En el GHC se reconoce que la Salud Global se encuentra actualmente en una encrucijada, enfrentándose a los graves desafíos que plantean un orden geopolítico cambiante, un multilateralismo debilitado y la pandemia Covid-19, así como a retos crónicos como el cambio climático, la desigualdad económica, la migración y los conflictos armados.
Por ello, la Salud Global se conecta con las relaciones internacionales y la diplomacia. Así el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, indica que existe una reciente conciencia sobre las determinantes sociales, medioambientales, comerciales y políticas de la salud. Esto ha hecho que las negociaciones internacionales relacionadas con salud, sean cada vez más políticas, diversas y multisectoriales.
La Salud Global requiere además una gobernanza propia, siendo la OMS una de las instituciones centrales que ayuda a coordinar el actuar a nivel mundial, que lo hace a través del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que es el marco jurídico vinculante para llevarlo a cabo.
No menos importante es el rol que juegan también en esta materia la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, entre otras instituciones internacionales.
Respecto de la seguridad sanitaria mundial, la Salud Global se centra en temas como la prevención, preparación y respuesta de futuras pandemias, así como también a los desafíos de la resistencia antimicrobiana, o el acceso a medicamentos, vacunas, entre otros.
Como queda en evidencia, tendremos que acostumbrarnos a hablar y escuchar sobre la Salud Global, ya que, como se indicó, con una perspectiva meramente nacional no alcanza. El camino hacia una mayor coordinación e integración de los diversos sistemas de salud, desde la perspectiva de la Salud Global, es y será largo y pedregoso, pero necesario de transitar, para dar una mejor respuesta en salud a los casi 8,000 millones de personas que habitan nuestra tierra. Esperamos que el 2023 nos traiga buenas noticias.
*El autor es experto en políticas públicas en salud, Director de la Asociación Chilena de Derecho de la Salud, ha sido académico en diversas universidades chilenas sobre temas relacionados con sistemas de salud.