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Opinión

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Hacia una acuicultura sostenible

De acuerdo con el último reporte de “El estado mundial de la pesca y acuicultura” de la FAO (2016), 89.5% de las pesquerías se encuentran completamente explotadas o sobreexplotadas y el consumo de pescado se estima creció casi 39% de la década de 1990 al 2015, superando los 20 kgs al año por persona

Adicionalmente, en septiembre del 2015 los estados miembro de las Naciones Unidas aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los cuales los recursos del mar juegan un papel fundamental para cumplir con el objetivo 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, mares y recursos marinos; así como el objetivo 2 relacionado con terminar con el hambre y alcanzar la seguridad alimentaria.

En virtud del alto porcentaje de explotación de las pesquerías, la creciente demanda de productos del mar, y el importante papel que juega la pesca para alcanzar los objetivos internacionales en materia de sostenibilidad; la acuicultura es una parte importante de la solución para proveer alimento de manera sostenible.

Sin embargo, como indican grupos como Greenpeace y WWF, la acuicultura por sí misma no ofrece una solución sostenible y es necesario cuidar los impactos ambientales y sociales que pueda tener esta actividad. Se considera que existe un rumbo hacia la sostenibilidad en la medida en que se mitiguen esos posibles impactos y se utilicen las mejores prácticas disponibles.

En la legislación de México, además de los permisos y normatividad a cumplir para desarrollar la actividad, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y su reglamento establecen el requisito de presentar una evaluación de impacto ambiental en proyectos acuícolas.

¿Qué impactos se deben mitigar en la acuicultura y cómo manejarlos? La Corporación Financiera Internacional nos brinda una guía sobre esta actividad en materia de medio ambiente, salud y seguridad, en donde nos ofrece respuestas a las principales cuestiones. Estos posibles impactos y mitigantes son sólo aplicables de acuerdo con el sistema de producción acuícola que se utilice y constituyen una referencia general.

Existen tres áreas principales en donde se pueden presentar impactos: 1) en el trabajo, 2) en la comunidad, y 3) en el medio ambiente.

En cuanto a higiene y seguridad en el trabajo se detectan posibles riesgos a la integridad física, por exposición a productos químicos y a enfermedades transmisibles por el agua.

Los trabajadores están expuestos a manejar objetos pesados, operar equipos con energía eléctrica y ubicarse en zonas con cuerpos de agua.

El manejo de estos riesgos incluye, cuando sea posible, facilitar el levantamiento de peso, estaciones de trabajo y estanques adaptados a las necesidades de los trabajadores, impermeabilizar las instalaciones eléctricas, garantizar conexiones a tierra, proporcionar capacitación adecuada en manejo de equipos eléctricos, uso de chalecos salvavidas y arneses, y un adecuado plan de salud y seguridad laboral, entre otros.

El día de mañana se brindará información con respecto a la identificación y manejo de los posibles impactos a la comunidad y el medio ambiente.

*Erick Rodríguez Maldonado es especialista de la Subdirección de Pesca, Forestal y Medio Ambiente de FIRA.

erodriguez@fira.gob.mx

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