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Opinión

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Inclusión financiera en la Huasteca hidalguense

En la primera parte de esta colaboración destacamos la relevancia y el avance de la inclusión financiera en Hidalgo, y concretamente, la caracterización de la región de la Huasteca hidalguense para el acceso a servicios financieros.

Por las condiciones económicas, de regulación, demográficas y sociales de la zona resulta difícil para la banca comercial poder atender de forma adecuada las necesidades de financiamiento en forma individual. 

Respecto al componente uso de los servicios financieros, la banca comercial reporta en la Huasteca 315,307 cuentas de captación y 58,000 de crédito, de las cuales 79 y 82% de las cuentas, respectivamente, se concentran en el municipio de Huejutla de Reyes.  

En cuanto a las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo (socaps), se reportan 7,804 cuentas de captación y 1,453 de crédito correspondientes a 5,150 usuarios, es decir, 3% de la población adulta de la Huasteca. 

Las cuatro sucursales existentes de este tipo ofrecen sus servicios fuera del municipio de Huejutla de Reyes y se dividen en sociedades financieras populares, con 3,333 clientes (80% mujeres) y las socaps, con 1,817 clientes (56% mujeres). 

Este tipo de opciones financieras, por su vocación rural, son las que pueden detonar la inclusión financiera en la mayor parte de los municipios de la Huasteca y apoyar en el desarrollo de las actividades agropecuarias, así como las distintas actividades comerciales, impactando en un importante número de beneficiarios.

La estrategia de FIRA, entidad de fomento originada en el Banco de México para impulsar el desarrollo del sector agroalimentario y medio rural, considera pertinente crear oportunidades que permitan la inclusión financiera a pequeños productores, como el esquema de desarrollo de proveedores de naranja que la agencia FIRA Pachuca está perfilando en la localidad de Ahuatitla, San Felipe Orizatlán, con una sociedad cooperativa de producción como empresa tractora, la participación de más de 300 socios productores y la socap Caja Huastecas, como fuente de financiamiento. De acuerdo con datos del SIAP, en el 2017, en la Huasteca se produjeron más de 60,500 toneladas de naranja.  

Este mismo esquema se está trabajando también con productores de miel de la región, quienes en el 2018 produjeron alrededor de 1,380 toneladas. Con este tipo de estrategias y estructura financiera, se puede lograr una inclusión de más de 2,500 productores tan sólo de estas dos actividades y al menos 1,500 personas más dedicadas al pequeño comercio.

En ese sentido, para lograr este impacto y contribuir al desarrollo económico en las localidades del medio rural, FIRA ha creado diversos productos y programas para facilitar la atención, como el esquema de desarrollo de proveedores, el Programa de Agricultura Familiar (Proaf), el Programa Especial para el Financiamiento a la Población Prioritaria y, finalmente, el Programa de Financiamiento para el Turismo Rural, y si bien la brecha para abatir la falta de inclusión financiera aún es amplia, la estructuración de esquemas financieros como éstos representan una importante contribución a la estrategia nacional, que conviene seguir impulsando y replicando en todos los municipios y entidades en donde prevalecen iguales o similares condiciones.

*Olga Trinidad Mejía y Luis Omar Gamero Pérez son agente y promotor de la agencia Pachuca, respectivamente. La opinión de este artículo corresponde al autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

otrinidad@fira.gob.mx y logamero@fira.gob.mx

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