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Opinión

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Inflación: lo qué sigue y el papel que jugará Maseca

La inflación no cede y pronto veremos nuevas medidas, más allá de las alzas de tasas de Banxico y el suministro de dosis adicionales de ese placebo llamado PACIC. Los datos de la primera quincena de septiembre no dejan lugar a dudas: la inflación es un “paciente” que goza de cabal salud. El INPC sigue arriba de 8.7% anualizado, muy lejos del 3% objetivo del Banco de México. La reunión de AMLO en Palacio con empresarios parece ser el indicio de que algo se está cocinando. No sabemos de qué se trata, pero cabe esperar que funcione mucho mejor que el PACIC.

Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, los productos que componen el Paquete contra la Inflación y la Carestía se podrían adquirir por 1,045 pesos en abril. A principios de septiembre se necesitaban 1,142 pesos para comprar esa canasta. Esto quiere decir un alza de precios de 9.2% en menos de cinco meses. Preocupados están los expertos por la inflación subyacente, donde no están alimentos ni energéticos. En los hogares, el precio de la comida que llega a la mesa, es quizá el mayor problema económico, porque se deja sentir con fuerza: el incremento en los alimentos está casi al doble que la inflación general.

¿Qué es lo que se está cocinando? Aquí es donde Maseca entra en escena y no es precisamente porque en México no hay comida donde la tortilla pueda quedar fuera. Ustedes recordarán que el Presidente y el Procurador del Consumidor se han empeñado en ponerle reflectores a la principal productora de harina de maíz, empresa que encabeza Juan González Moreno, heredero del fundador, Roberto González Barrera. Me preocupa el incremento del precio de la tortilla, dice AMLO. En lo que va del año, ha subido alrededor de 32%, aunque en ese porcentaje promedio se reflejan varias realidades geográficas y diversas estrategias comerciales: las grandes tiendas de autoservicio usan la tortilla como producto gancho y lo venden por abajo del costo.

Al Presidente le preocupa el precio de la tortilla. En un régimen presidencialista, cuando al mandatario le preocupa algo, eso quiere decir que alguien debe preocuparse más que el Tlatoani. Ese alguien es el procurador Ricardo Sheffield que lleva unas semanas con Maseca entre ceja y ceja. El funcionario ha presentado en la mañanera algunos gráficos que describen el comportamiento del precio internacional del maíz y el de la tortilla en México.

Esos gráficos dejan claro que el precio de la tortilla ha seguido subiendo en México, a pesar de que el costo internacional del maíz hizo una pausa en una escalada que comenzó a fines de 2020 y trajo incrementos superiores al 70% en poco más de año y medio. Sheffield, en plan procurador, ha complementado los gráficos con unas pequeñas piezas de relato. Se trata de un mercado que en algunos segmentos está muy concentrado. Maseca tiene más de 80% del mercado de la harina de maíz con la que se produce alrededor de 50% de toda la tortilla que se consume en México. Su principal competidor directo es Minsa, pero este no ha subido los precios en la misma proporción que la empresa de Juan González Moreno.

¿Qué sigue para Gruma, la sociedad controladora de Maseca? En teoría y de acuerdo a lo que se dice en la mañanera, los directivos de la empresa deberían reunirse con el Secretario de Hacienda para explicar sus costos y precios. En caso de no poder ofrecer una explicación satisfactoria, se enfrentarán a un escenario donde podemos suponer que todo cabe, desde una amable invitación a bajar los precios de su principal producto, hasta otras formas de persuasión tipo 4T: bullying mañanero; propuestas legislativas con dedicatoria y revisiones exhaustivas del SAT, por ejemplo.

No sabemos lo que Maseca dirá al secretario Rogelio Ramírez de la O, pero sí sabemos lo que ha dicho a los analistas de mercado. Es una empresa que cotiza en Bolsa y eso la obliga a explicar sus números y estrategias en encuentros que arrojan muchísima información. Gruma ha enfrentado un incremento en sus costos de 21% en el primer semestre del año, por costos de materias primas, recursos humanos y energía, principalmente, En el mismo periodo, tuvo un decremento en su utilidad de 11%, a pesar de un crecimiento de 19% en sus ventas. De cualquier modo ganó 61.3 millones de dólares de enero a julio, sólo en México. Su informe dice que le fue mucho mejor en Estados Unidos que en México.

Maseca importa por su papel relevante en un producto fundamental en la dieta de los mexicanos. Importa también, porque puede ser una prueba piloto de una nueva herramienta de combate a la inflación: la presión focalizada hacia algunas empresas que son actores clave en mercados super sensibles al tema inflacionario. No olvidemos que en el aumento de los precios, hay un componente internacional, pero también hay una dimensión local. Tenemos algunos mercados donde la competencia es muy imperfecta: dominan las monopolios y los oligopolios. ¿Veremos cambios de fondo o seguirán las reuniones de degustación de tamales de chipilín?

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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