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Opinión

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La decisión pre-informe que depreció al peso

Hay que reconocerle a la Comisión de Cambios que depreciarle el peso al Presidente unas horas antes de la rendición del 5to Informe de Gobierno requiere, digamos, de autonomía.

Porque Andrés Manuel López Obrador no es de los mandatarios que podrían informar que el Banco de México y la Secretaría de Hacienda decidieron en conjunto, en esa Comisión de Cambios, darle más libertad de libre flotación a la moneda a través del recorte del programa de coberturas cambiarias.

En un país guiado con sensatez sí que sería algo para presumir el hecho de darle al peso alas plenas en un libre mercado, aprovechando la coyuntura de fortaleza de la moneda frente al dólar y hasta se podría presumir que más allá de la reacción inicial, el mercado asimiló la determinación de la autoridad cambiaria.

Pero lo que hicieron en la Comisión de Cambios con este anuncio del vencimiento gradual de las coberturas hasta su desaparición a partir de este mes fue rallarle el cuaderno al Presidente quien hoy tendrá que saber que el peso frente al dólar tuvo en agosto su primera depreciación cambiaria mensual desde que terminó el 2022.

Claro que tampoco importa mucho para lo que López Obrador tenga que decir respecto a la paridad peso-dólar, sobre todo, porque él se rige por el mundo de los otros datos.

Es más, aquí va la línea discursiva de hoy en Campeche en el mensaje político de López Obrador respecto al tipo de cambio: “El peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo con relación al dólar”.

La realidad es que las operaciones de coberturas cambiarias estaban tan estandarizadas en el mercado que ya pasaban desapercibidas. Sin embargo, sí constituían una forma de intervención que fueron muy útiles en momentos de turbulencia, especialmente en los peores meses de la pandemia, pero que ya no tenían razón de ser en estos momentos más estables y de tal aprovechamiento del mercado de un peso barato.

Claro, dejar al peso sin vejigas para nadar en la antesala de un año que se antoja complejo como el 2024, puede llevar a cuestionar si no habría sido bueno esperarse. Y no solo a que pasara el informe presidencial, para no incomodarlo, sino todo este proceso electoral que tiene riesgos hasta financieros.

Sí que hay tensión financiera cuando el gasto electoral se va a desbordar en momentos en que el reporte de finanzas públicas nos muestra que la salud fiscal está, pero es frágil. Y hay tensión por si llegara el oficialismo a no aceptar un resultado adverso.

La reacción inicial ayer a la noticia fue una depreciación de más de 2 por ciento. El peso que navegaba apacible la mañana del jueves en los 16.70 se fue a los 17.10. Pero después tuvo un poco de calma por debajo de los 17.

No han cambiado los factores que mantienen la apreciación del peso, buenos rendimientos por las tasas altas, atracción de capitales por el nearshoring, una moneda líquida en un país que conserva grado de inversión, en fin.

Lo cierto es que le quitaron un salvavidas en caso de sorpresas, esas que, hay que recordar, llegaban antes en ocasiones durante los informes de gobierno.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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