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Opinión

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La economía cada vez más informal

El INEGI dio a conocer ayer su estimación preliminar de la Medición de la Economía Informal (MEI) 2022, y bueno, el dato reportado no es para presumir, pues el valor agregado bruto de la economía informal representó en 2022 el 24.4 por ciento del valor agregado bruto de la economía. Palabras más, palabras menos, lo que nos dice el INEGI es que la economía informal ya está cerca de representar un cuarto del total de la economía mexicana.

El peso relativo de la economía informal observado para el 2022, es el dato más elevado de los últimos 20 años. Por eso afirmo que no hay nada que presumir. Si este dato sobre una economía informal creciente, lo complementamos con el hecho de que la productividad laboral ha seguido una tendencia decreciente desde que inició la administración del presidente López Obrador. Entre diciembre de 2018 y diciembre de 2022, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) sufrió una caída de 7.8 por ciento.

Para tener una idea de lo que ello significa, para un período de gobierno equivalente, durante los primeros cuatro años del gobierno del presidente Peña Nieto, el IGPLE mostró un incremento de 1.1 por ciento. Durante los primeros cuatro años del gobierno del presidente Calderón, este indicador sufrió un descenso casi marginal, de cerca de 0.7 por ciento. Así que la pérdida en productividad laboral durante los primeros cuatro años de la 4T es significativa y debería preocuparnos.

Digo que debería preocuparnos porque combinado con este desempeño negativo no podemos perder de vista los choques que han sufrido variables que tienen que ver con la acumulación de capital humano, como son la educación y la salud. En el tema educativo ya vimos a principios de este mes los resultados de la prueba PISA que publicó la OCDE donde lamentablemente México salió muy mal evaluado en las tres habilidades evaluadas: matemáticas, ciencia y comprensión lectora. Es verdad que en las pruebas realizadas en las administraciones anteriores los resultados obtenidos no eran para presumirse, sin embargo, preocupa que el sistema educativo lejos de mejorar, esté empeorando.

Eso significa jóvenes peor preparados en el futuro para enfrentar los retos laborales que les impongan los mercados. Lamentablemente, estamos hablando de una deficiencia que no se podrá resolver con caprichos o peor aún, militarizando la educación, porque tal parece que para la 4T cualquier desafío que enfrente el país se resuelve poniendo el problema en manos del ejército.

En paralelo está el desmantelamiento de un sistema de salud que medianamente permitía a los mexicanos atender sus problemas de salud, y que penosamente por los graves tropiezos que se cometieron con las ocurrencias que se pretendieron poner en marcha durante la actual administración, el acceso a la salud empeoró para el mexicano promedio. Eso significa potenciales problemas en el futuro que pueden afectar negativamente su capacidad productiva.

Así que sí es una mala noticia que la economía informal esté incrementando su peso en el total de la economía, porque con la caída en la productividad laboral y la erosión provocada en el capital humano de este país, lo que es de esperarse hacia los siguientes años es un país cada vez más informal.

Entonces, conforme nos acercamos al cierre del sexenio del presidente López Obrador, es valido decir que además de un anémico crecimiento económico para todo el sexenio y un creciente déficit en las finanzas públicas, el legado del presidente que presume de ser muy bien valorado estará en haber hecho más informal a la economía mexicana y en haber mermado la capacidad para generar más riqueza hacia adelante, lo que limitará las mejoras en bienestar para los mexicanos en general. Sin duda, un triste legado.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR

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