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Opinión

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La economía mundial en la segunda mitad del año

Cuando soplan vientos de cambio, algunas personas construyen muros y otras construyen molinos de viento”.

Proverbio chino.

La segunda mitad del año presenta en términos económicos para el mundo, todavía muy elevados niveles de incertidumbre que afectan el desempeño global y, simultáneamente, fenómenos puntuales a las distintas regiones y países, que contribuyen a generar complementos de dicha incertidumbre, agregando factores de volatilidad en los entornos locales.

Para la segunda parte del año, organismos como el Fondo Monetario Internacional, pronostican que el mundo seguirá creciendo a una tasa continua cercana a 3.2%, misma que se extenderá durante el 2025 y que básicamente mantiene la misma dirección que se presentó en el 2023.

Este dato resulta significativo, si consideramos que para estas alturas, supuestamente el mundo debería de presentar ya una desaceleración de la actividad económica, producto de la política monetaria, que en la mayor parte del mundo presentó una trayectoria larga y agresiva de incremento a las tasas de referencia, como el mecanismo fundamental para frenar el incremento de precios y el sobrecalentamiento de las economías, mismos que se presentaron a su vez, en gran medida, como resultado de las políticas que se crearon para compensar el efecto económico de la pandemia.

En teoría, un periodo prolongado de tasas de interés elevadas ya debería haber generado un efecto importante sobre el nivel de empleo, sobre el nivel del crédito y sobre el nivel general de la actividad económica, lo que hizo que muchos previeran un efecto de desaceleración y potencial recesión en distintas regiones.

La realidad es que ello no ha ocurrido, o por lo menos no con la rapidez, la profundidad y la consistencia esperada, la mayoría de los bancos centrales continúan con preocupación observando que los niveles de inflación no están completamente bajo control y que hay elementos estructurales que han mostrado una resiliencia en factores como el consumo, que a su vez alimentan el crecimiento económico.

Esta sería la primera vez en la historia económica reciente del mundo, en el que una subida generalizada y agresiva de las tasas de referencia no logró frenar rápidamente la economía.

Existen múltiples factores que han contribuido a darle esa resistencia a la estructura de crecimiento de los precios. Las afectaciones a las cadenas globales de suministro por la pandemia y por los conflictos geopolíticos están entre las más significativas. Pero también está el hecho de que las inyecciones de liquidez que en distintos países se han hecho por distintos conceptos (como apoyos en pandemia como en Estados Unidos o como incrementos al salario en México), han logrado mantener en ciertos sectores de la población un consumo más elevado del que se anticipaba que se tendría a esta altura, dada la trayectoria de las tasas.

Existen otros fenómenos que potencialmente pueden provocar una afectación complementaria. En particular, para algunas organizaciones como la OCDE, resulta relevante dar seguimiento al efecto potencial que puede generar la utilización de tecnologías de Inteligencia Artificial, como un elemento que reviva y de un nuevo impulso de aceleración a la productividad global, impulsado por la innovación. Este fenómeno aún continúa incierto, pues pese a la visión –en algunos casos alarmista y en otras francamente exageradamente optimista– son solamente ciertos sectores los que empiezan a tener un efecto directo de la tecnología.

Para nuestro país, el escenario donde el Banco de México, en este año baje una sola vez la tasa y mantenga un periodo mayor de tasas altas, tiene efectos importantes para el potencial crecimiento en los años venideros.

Ello, a su vez, es significativo, porque periodos prolongados de tasa altas en muchos sentidos desincentivan las inversiones financieras que hoy deberíamos tener como prioritarias, si queremos aprovechar las tendencias relacionadas con el nearshoring.

raul@martinezsolares.com.mx

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo.

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