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La fiesta de despedida

Con el golpe de Estado que le da sobrerrepresentación y mayoría calificada a Morena y aliados en el Congreso, se abre la puerta para que el aún presidente López modifique a placer la Constitución. Será su fiesta de despedida. Podrá destruir al Poder Judicial, también al INE, y al resto de las instituciones autónomas de la República, todo, con la aquiescencia y sumisión del nuevo gobierno. La fiesta será celebrada en septiembre también con la consagración en el texto constitucional de una andanada tutti frutti de fantasías, rencores, caprichos y prejuicios, y de obsesiones clientelares. Se plasmarán en la carta magna veleidades verdaderamente absurdas sin el menor cuidado formal, y, que sólo tienen el propósito de satisfacer un gigantesco ego y un afán megalómano incontrolable.
En los Artículos 4 y 27 Constitucionales se prohibirá, contra toda evidencia científica, el maíz genéticamente modificado. (Gracias a lo cual Estados Unidos es el primer productor mundial). Se bloquea así una mayor productividad, un menor uso de plaguicidas, una mayor resistencia a la sequía, y se induce una mayor deforestación. En el mismo Artículo 4 Constitucional se “garantiza” atención médica integral, universal y gratuita, incluyendo estudios médicos, intervenciones quirúrgicas y medicamentos necesarios. Esto es el cinismo más ostentoso, sobre todo después de haberse destruido el Seguro Popular, y sin definirse un mecanismo viable de financiamiento.
Sin escatimar ocurrencias y caprichos, en el propio Artículo 4 Constitucional ¡se prohíben los vapeadores! (Sin prohibirse los cigarrillos, los cuales tienen un mucho mayor efecto en la salud). Y, se prohíbe ¡el fentanilo!, lo cual dejará con dolores insoportables a pacientes quirúrgicos y enfermos de cáncer.
Aquí, de paso, se habla de que el Estado garantizará el respeto y asegurará la conservación y manejo sostenible de la biodiversidad nacional, que evidentemente es sólo una declaración retórica ya que esto está plasmado y desarrollado ampliamente en el aparato jurídico ambiental de nuestro país. (Y resulta igualmente un cinismo extremo, después de haberse devastado las selvas y sistemas hidrológicos de la península de Yucatán con el Tren Maya). En el propio Artículo 4 se introducirá un párrafo retórico reiterativo sobre la prelación en el uso del agua (ya existente en la Ley de Aguas Nacionales) que favorece al consumo doméstico sobre todos los demás usos. La saturación del Artículo 4 Constitucional con caprichos clientelares prosigue sin ningún soporte financiero, otorgándose pensiones no contributivas a discapacitados (cuando lo que requieren es atención médica, cuidados, y su integración productiva en la sociedad), y a todos los mayores de 65 (y tal vez a mayores de 60) años, sin definirse ningún mecanismo para solventarlo.
Esto es particularmente preocupante, en la medida del envejecimiento acelerado de la población, y del gasto público descomunal en pensiones, que este año llegará a los 2 billones de pesos. Es una garantía de crecimiento exponencial en el déficit y deuda públicos que pondrá en jaque al erario. Todo ello no podrá ser disminuido en términos reales, por lo que, además, se profundizará el deterioro de los servicios públicos en salud, educación, infraestructura productiva y seguridad, tal como ha ocurrido en este gobierno. De ahí se prosigue con el Artículo 5 Constitucional, donde se prohíbe cualquier actividad, profesión o trabajo relacionado con vapeadores y fentanilo y sus precursores. (Es un verdadero escarnio al derecho constitucional).
En el Artículo 27 Constitucional se prohíben las concesiones de agua en “zonas de baja disponibilidad”, o sea en todo el centro y norte del país, lo que apunta a desmantelar a la agricultura de riego y a las actividades industriales. El paroxismo llega con la prohibición, en el mismo Artículo 27 Constitucional, de la minería a cielo abierto, es decir, se acaba con la producción de cobre, oro, plata y hierro; se cierra la puerta al desarrollo de energía nuclear (uranio), a la industria del aluminio (bauxita), y a tierras raras, grafito, manganeso y cobalto, esenciales para la transición energética.
También acabará con la industria cementera, que obtiene su materia prima (caliza) de explotaciones a cielo abierto. Se prohíbe también la tecnología de fractura hidráulica en hidrocarburos (con la cual Estados Unidos se ha convertido en el principal productor mundial de petróleo y gas). Y aquí la euforia populista se desborda con el otorgamiento de subsidios a campesinos que “siembren árboles frutales y maderables” – agudizando así la deforestación provocada por “Sembrando Vida” –, fertilizantes gratuitos, precios de garantía a una multitud de productos, y subsidios a pescadores (esto es, más deforestación y sobrexplotación pesquera).
Por cierto, en los Artículos 3 y 27 Constitucionales se prohibirá el maltrato en la crianza y aprovechamiento de animales de consumo humano, lo cual sería correcto, si asumiera expresamente el fin de la cruel crianza industrial de cerdos, pollos y reses, así como de la pesca industrial, deportiva y artesanal, que imponen un sufrimiento indecible a seres sintientes e inteligentes. Es sólo retórica inútil en la fiesta de despedida de un autócrata (¿o de inauguración de un Maximato?).
@g_quadri