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La gestación de un nuevo orden económico
La necesidad de los agentes financieros por mantener las mayores ganancias al tiempo que buscan que los mercados se mantengan a flote, impide ver la fuerte realidad de que asistimos a un ajuste del sistema económico mundial. Los cambios económicos globales y la construcción de un nuevo orden mundial han sido producto de las malas decisiones de las grandes potencias. Las economías desarrolladas suelen tener en su naturaleza subsistir endeudándose. Para mantener su lugar en el concierto mundial, continuar desarrollándose y crecer a sus clases medias mantienen una tendencia imparable de gastos crecientes ya en niveles insostenibles; detonando el surgimiento de nuevo orden económico y político. Esta gestación tendrá riesgos, costos, pobreza e incluso guerras. Actualmente los niveles de deuda de los gobiernos sector privado y clases medias son altísimos. En su momento la fortaleza de su moneda, importante comercio exterior, expansión monetaria y abultado gasto de gobiernos han sido la fórmula para que naciones como Holanda, Inglaterra y ahora EU, lograran la supremacía económica. Al parecer el ciclo de EU como única superpotencia, como ocurrió con sus antecesores, está concluyendo con el surgimiento de China como nuevo jugador dominante en donde por ciento, fueron los propios norteamericanos quienes lo propiciaron mediante décadas de entregarles su capacidad industrial y tecnológica con el objeto de seguir consumiendo productos baratos.
Bajo esta lógica el patrón se ha repetido de la misma forma en varias ocasiones. En su más reciente publicación Ray Dalio describe estos ciclos como resultado principalmente de una agresiva expansión monetaria que lleva a la impresión de dinero para financiar precisamente el exorbitante consumo, la compra de bienes del exterior y las siempre bienvenidas ganancias en los mercados financieros. En efecto, basta recordar el caso de Holanda cuando su moneda ligó su destino al precio inflado de los tulipanes. Lo mismo ocurrió años después con la libra esterlina en Inglaterra. En todos los casos, los cambios monetarios derivaron en serios conflictos geopolíticos como las guerras mundiales, el cambio del patrón oro iniciado por Roosevelt en 1943, concretado por Nixon en 1971, siempre la misma historia. Las disrupciones de las cadenas de valor producto de la pandemia, la guerra en el centro de Europa y la inflación global no vista en cuatro décadas, son consecuencias de la impresión desmedida de dólares y euros de las últimas décadas para pagar desde su propia deuda, hasta ganancias de los mercados accionarios e incluso el desarrollo de nuevas tecnologías, financiadas con enorme sumas de dinero. Lo anterior, ha llevado a una creciente aparición de dinero alejado de la productividad y el respaldo real de tangibles como en su momento, lo fue el oro. En la actualidad todo está respaldado mayormente en dólares. Los gobiernos, las empresas y las clases medias están extremadamente endeudadas ello, tendrá consecuencias en cualquier momento y más en un entorno de altas tasas de interés.