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Opinión

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La historia reciente de las etiquetas alimentarias

El etiquetado de los productos alimenticios que comúnmente consumimos ha sido objeto de un rediseño en México, en el que se replantea la manera de señalizar como advertencia cuando un alimento es alto en sodio, en calorías, en azúcares o en grasas, con el objetivo de informar a los consumidores para que, en teoría, puedan tomar mejores decisiones sobre lo que consumen.

La historia del etiquetado de alimentos es verdaderamente reciente y se remonta prácticamente a la segunda mitad del siglo XX. Las etiquetas nutricionales son el resultado de una transición no sólo de nuestra relación con los alimentos, sino también de la manera en la que se ha ido regulando y modificando la forma de producir y consumir alimentos. Antes de la primera mitad del siglo XX, si bien existían los alimentos empacados, las etiquetas sobre su contenido en ingredientes o en valor nutrimental eran prácticamente inexistentes.

A medida que fueron cambiando los hábitos de consumo hacia alimentos listos para comer o con ingredientes que sufrieron alguna modificación, se empezó a contemplar en Estados Unidos la necesidad de desarrollar mediante legislación y regulación, etiquetas que enumeraran los ingredientes contenidos en un alimento. En 1972 la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos propuso que la información nutricional estuviera en las etiquetas de los alimentos. Hasta este momento, la inclusión de la información nutricional era totalmente voluntaria para los fabricantes de alimentos, y sólo en el caso de que la etiqueta promoviera un beneficio para la salud del alimento, la inclusión de la información nutricional era obligatoria.  Es remarcable que hasta este momento, el uso de las etiquetas no estaba percibido como una necesidad para la población en general para limitar el consumo de ciertos ingredientes que en exceso son nocivos para la salud ni para alertar sobre el contenido calórico de un alimento. Las etiquetas eran promovidas más hacia la inclusión de micronutrimentos que podían solventar alguna carencia en determinadas personas.

Los cambios paulatinos en el contenido de las etiquetas nutricionales son el resultado también del avance del conocimiento en ciencias nutricionales. La investigación y el establecimiento de los valores de las Ingestas Diarias Recomendadas, fue un elemento clave, pues en los setenta se decidió que esta información también debería de estar contenida en las etiquetas, pues se supuso que daría una mejor orientación al consumidor el saber que el producto que estaba consumiendo cubría en cierta proporción, el consumo diario recomendado de ciertos nutrimentos. Además, como la población en general recibía más información acerca de los nutrimentos (errónea o correcta, pero era del dominio popular), la FDA se vio en la necesidad de regular los contenidos nutricionales de manera obligatoria.

El diseño de la etiqueta de información nutricional también nació en Estados Unidos y ha sido replicado en todo el mundo. El diseñador de la etiqueta Burkey Belser, la diseñó gratuitamente con el objetivo en mente de combatir la escasez de ciertos nutrimentos que podrían ser problemáticos en épocas de guerra o hambruna. Con el tiempo, los usos de las etiquetas tomarían otro enfoque orientado justamente hacia la alerta sobre el exceso en el consumo de ciertos nutrimentos o en la nocividad de ciertos ingredientes contenidos en los productos. En todo momento, la comprensión de la información de las etiquetas y su interpretación ha sido uno de los grandes retos para hacer accesible la información a la población.

Columnista de alimentación y sociedad. Gastronauta, observadora y aficionada a la comida. Es investigadora en sociología de la alimentación, nutricionista. Es presidenta y fundadora de Funalid: Fundación para la Alimentación y el Desarrollo.

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