La industria mexicana de vinos y licores: cosechar las oportunidades

Recientemente tuve la oportunidad de participar en una conversación en el marco de la reunión anual de DISCUS (Distilled Spirits Council of the US) en California. Fue emocionante hablar con mis contrapartes sobre las oportunidades que existen en la región de América del Norte para la industria de bebidas alcohólicas. Los últimos datos disponibles revelan que México, EUA y Canadá representan cerca del 60% de las exportaciones de bebidas con contenido alcohólico a nivel mundial. No cabe duda que nuestro sector tiene tradiciones milenarias, como el tequila mexicano, el bourbon estadounidense y el whisky canadiense, que derivan en su reconocimiento global.

Al cierre del 2023 las exportaciones del sector agroalimentario alcanzaron más de $51 mil millones de dólares, lo cual representa una fuente de ingresos y divisas incluso superior a las exportaciones petroleras ($39 mil millones de dólares). Es de celebrarse, que el sector mexicano de vinos y licores contribuye con el 20% de los ingresos de las exportaciones agroalimentarias.

Sin duda, el tequila y el mezcal tienen un gran reconocimiento a nivel global. EUA es el principal comprador de tequila y consume el 80% del total de las exportaciones, mientras que Canadá es el sexto importador de tequila a nivel global. Por otro lado, el tamaño del mercado del mezcal se valoró en $960 millones de dólares para 2024 y se proyecta que crezca a una tasa compuesta anual del 12% en los próximos 5 años.

Aunado a esto, gracias a la visibilidad internacional que acompaña al nearshoring y a la amplia riqueza de nuestro país, México se colocó como la marca país con mayor crecimiento en 2024 de acuerdo con el Global Soft Power Index. Si bien México es identificado por su cultura y patrimonio en general, el índice refleja también un gusto particular por la comida mexicana alrededor del mundo.

Más allá de las exportaciones, la industria de bebidas con contenido alcohólico impulsa a otras áreas de la economía, como son el turismo, el entretenimiento y la gastronomía. Existe un creciente interés por la coctelería como una parte integral de la alta cocina y las oportunidades de hacer “pairings”o maridajes de distintas bebidas y vinos como parte de las experiencias gourmet para aumentar los sabores de cada platillo.

No hay que olvidar la creciente oferta de los llamados “mocktails” que ofrece sabor sin alcohol para las personas que han optado por la abstención. Un mocktail es una simulación de cóctel que puede combinar sabores frutales, agua mineral, tónica y otra variedad de ingredientes, y que tiene una presentación estética que imita a un cóctel que tradicionalmente tendría alcohol.

Es motivo de orgullo que el vino mexicano de todo tipo -tinto, blanco y espumoso- es identificado cada vez más como ejemplo de los mejores vinos del mundo. Distintas propuestas vinícolas de México han sido reconocidas con 40 medallas a nivel global. Se prevé el aumento del 35% de la superficie de viñedos en el país para 2030, lo cual generará más empleos en el campo y en varios otros sectores como el transporte y la logística.

Como es el caso de todas las industrias, la nuestra enfrenta tanto oportunidades como retos. El aumento del mercado informal es algo que trabajamos para abatir junto con las autoridades. El contrabando y adulteración pone en peligro a la salud de la población y afecta negativamente a la industria. Para contextualizar el impacto al sector, cabe mencionar que los miembros de CIVyL cumplen con todas las regulaciones federales y estatales, y juntos contribuyen con la recaudación a través del IEPS, el cual sumó $25 mil millones de pesos en 2023.

Debemos abordar los desafíos conjuntamente para impulsar esta industria que aporta tanto a las exportaciones como al crecimiento de la economía interna de nuestro país.

*La autora es presidenta ejecutiva de la Comisión para la Industria de Vinos y Licores (CIVyL).