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La película de rock no ha muerto
Las películas de rock no han muerto y los Foo Fighters son responsables de mantener esta curiosa tradición. Aceptémoslo, este género cinematográfico nunca ha tenido muchas aspiraciones y casi siempre ha sido un vehículo utilizado para promocionar a una banda o un artista. Un simple pretexto para vender más discos o más boletos. Es y siempre ha sido un artefacto para que los fans vean a sus artistas favoritos en la pantalla.
Hay una larga tradición de estas películas musicales. Desde Jailhouse Rock de Elvis Presley, por mencionar una de las tantas y de las mejores que hizo el rey del rock and roll en su carrera; pasando por los clásicos de The Beatles (A Hard Day’s Night, Help!, Magical Mystery Tour, Yellow Submarine), las que hicieron megabandas como KISS (Kiss Meets The Phantom of the Park), The Who (Tommy y Quadrophenia), Pink Floyd (The Wall), Prince (Purple Rain), hasta artistas como Britney Spears (Crossroads), José José (Gavilán o Paloma), Rigo Tovar (Rigo es amor) o Magneto (Cambiando el destino). A la lista se le sumarán los Foo Fighters.
Studio 666 será el debut cinematográfico de Foo Fighters, la banda liderada por Dave Grohl, en una película de comedia y horror que será otro pretexto para ver a la banda estadounidense burlarse de sí misma como lo ha hecho durante toda su carrera. El año pasado Grohl y compañía: Nate Mendel, Chris Shiflett, Pat Smear, Rami Jaffe y Taylor Hawkins fueron inducidos al Salón de la Fama del Rock and Roll y publicaron su décimo álbum de estudio y un disco de cóvers de The Bee Gees. Además, Grohl debutó como autor con su libro de memorias The Storyteller en el que cuenta su vida en la música y su paso por bandas como Fear, Nirvana y Foo Fighters.
Las películas de rock siempre han funcionado para construir una versión ficticia de nuestras bandas favoritas. A Hard Day’s Night o La noche de un día difícil es tal vez la mejor película de rock y la mejor versión ficcionada sobre The Beatles. Dirigida por Richard Lester y filmada en blanco y negro, la cinta nos adentra en un día en la vida del cuarteto de Liverpool en medio del frenesí de la Beatlemanía del año 1964. Las secuencias musicales capturadas por Lester son los primeros acercamientos al lenguaje del video musical que décadas después se volvió un estándar, un vehículo esencial para toda banda y una extensión más de la industria musical.
KISS Meets The Phantom of the Park puede ser una de las conexiones directas con Studio 666. Una mala película que puedes ver una y otra vez. La película que hizo KISS en 1978 tenía todas las intenciones de ser su propia versión de A Hard Day’s Night, pero The Demon, Starchild, Space Ace y The Cat no tenían el encanto del cuarteto de Liverpool. Producida con los estudios Hanna Barbera, KISS Meets The Phantom of the Park termina siendo algo más cercano a un misterio de Scooby Doo, intercalado con canciones de los cuatro discos “solistas” de la banda —los de las caritas—, que una película coherente. Sus valores de producción son realmente bajos, pero es una experiencia divertidísima.
En Purple Rain, The Kid es una versión semificticia de Prince. Detrás del conflicto de violencia doméstica y abuso que sirve como trasfondo dramático y un poco de sobreactuación por parte de Prince, todo lo demás se le perdona por las magistrales interpretaciones de Prince & The Revolution. La épica "Purple Rain", grabada en vivo, sigue dándonos escalofríos cada vez que está su Majestad Púrpura en la pantalla, ahí en la cima de su poderío artístico.
Para los fanáticos de los Foo Fighters, Studio 666 será un pretexto para ver a Dave Grohl y compañía haciéndose nuevamente los chistosos y, de paso, promocionar un nuevo disco y su próxima gira mundial que pasará por México. Esta película podrá no ganar ningún premio ni aspirar a estar en las listas del American Film Institute, pero seguro quedará registrada en la tradición de una divertida película de rock.