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Las Afore y el populismo electoral
No trabajes, que el Estado te mantenga y no te preocupes por tu pensión, se la quitamos a los que han ahorrado.
Esto, que seguramente le puede parecer aberrante, tiene destinatarios específicos que realmente creen que papá gobierno se encargará de sus necesidades con tan solo hacer algo a cambio: votar por ellos.
Cuando a esas expresiones populistas se les quita la gracia y el carisma de un López Obrador queda expuesto de forma más que evidente lo absurdo de las promesas.
El Presidente puede expresar lo que sea y no pasa nada, por eso puede decir que protege a la gente pobre porque hasta los animalitos tienen sentimientos y no se puede pedir a la mascota que vaya por su alimento. Lo dijo.
Al Presidente le gusta la pobreza, porque la gente en esa condición es manipulable. Quien sale de esa condición gana autonomía de acción y de pensamiento, y eso no le gusta a la Cuarta Transformación.
Pero esa impunidad declarativa no se hereda, aunque quiera mucho, mucho a su corcholata no hay esa capacidad y por eso tiene que dar el paso autocrático desde el Poder Legislativo.
Con la iniciativa que ordenó en materia de ahorro para el retiro, el régimen está dando un golpe a la confianza en la propia economía mexicana.
El mejor resumen del intento de apropiación de los recursos de las cuentas en las Afore inactivas de las personas mayores de 70 años por parte del régimen de López Obrador es pretender tomar recursos de particulares para traspasarlos a la administración gubernamental.
Los expertos en Forex ya notan en el mercado de cambio del peso frente al dólar una afectación particular por este tema que se discute en la Cámara de Diputados.
En ese paso de los 16.30 a los 17 pesos por dólar en menos de una semana hay factores externos, como la aversión al riesgo por la tensión geopolítica, la incertidumbre en torno a la política monetaria de Estados Unidos.
Pero también ha pesado la incertidumbre generada por el régimen en torno a la seguridad de la propiedad privada del ahorro. El peso fue ayer la moneda emergente más depreciada del mundo.
En la desesperación electoral, todos los involucrados, sumisos a las órdenes presidenciales, quieren generar una falsa impresión de que se puede generar ese Fondo de Pensiones del Bienestar, que es un espejismo más como lo fue el Instituto de Salud para el Bienestar y cómo acabarán muchos de esos elefantes blancos presidenciales.
El gobierno sabe que no es posible hacerlo, pero también sabe de su clientela política que creerá cualquier cosa que el Presidente les diga.
Se atreve López Obrador a hablar de alimentar su fondo de pensiones con las ganancias del Tren Maya, de Mexicana de Aviación y del AIFA, cuando son tres enormes coladeras de recursos públicos condenados a vivir de los subsidios mientras sobrevivan.
Y, de paso, mientras nos hipnotiza con esta peligrosa aberración confiscatoria del ahorro para el retiro, a la callada en el Senado la mayoría del Presidente le encuentra camino a modificar la Ley de Amnistía para que López Obrador pueda sacar de la cárcel al criminal o los criminales que él quiera.
Son tiempos peligrosos.
Al Presidente le gusta la pobreza, porque la gente en esa condición es manipulable. Quien sale de esa condición gana autonomía de acción y de pensamiento, y eso no le gusta a la 4T.