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Opinión

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Las importaciones de China

“China gana terreno en la proveeduría de mercancías que México importa”. ¿Debe preocuparnos esa tendencia?

En su tiempo fui proteccionista. Casi todos lo éramos, inducidos por la idea que se nos había inculcado en la forma de dogma, de que en ausencia de protección comercial el país se quedaría sin industria manufacturera. Por fortuna, años después, ya en el Banco de México, un economista de talento excepcional me empezó a explicar los males que cabe esperar del proteccionismo. En primer lugar, que funciona a manera de un impuesto no legislado que recae sobre los consumidores en la forma de precios más elevados y calidad más baja para las mercancías. Además, el proteccionismo da lugar a una asignación subóptima de los factores de la producción.

El anterior es el mantra doctrinal que guía mis opiniones de economista en materia de comercio exterior. Sin embargo, en ocasiones hay consideraciones de orden diferente en fundamento de mi opinión profesional. En el momento actual de México, la cabeza principal en la edición de El Economista del pasado martes rezó: “China gana terreno en la proveeduría de mercancías que México importa”. Me pregunto si esa tendencia es tolerable, ahora que dicha potencia del lejano oriente se ha vuelto una amenaza para la estabilidad global, por su postura agresiva y expansionista. También es una amenaza para la estabilidad hemisférica, dada la ubicación geográfica y estratégica de México en la zona de América del Norte.

La penetración descrita parece un proceso de largo aliento. En la última década, la participación de las importaciones de China a México se elevó de 15.3 a 19.7 sobre el total, en tanto que la participación de las importaciones provenientes de Estados Unidos declinó en igual período de 49.9 a 43.9 por ciento. Por un lado, posiblemente cabe atribuir esa tendencia a la pertinencia de las políticas que ha puesto en ejecución el gobierno de China para promover sus exportaciones de manufacturas. Por otro lado, está la preocupación que despierta esa tendencia entre otras razones a causa de la pandemia por el Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y la batalla comercial entre China y los Estados Unidos.

Si acaso China llegara a invadir Taiwán, como aparentemente parece ser la intención en el largo plazo, no México presentaría vulnerabilidad por el hecho de que la quinta parte de sus importaciones provienen de esa potencia agresiva y militarista. Importamos de allá desde teléfonos y dispositivos de cristal líquido hasta circuitos impresos. ¿Qué hacer al respecto?

bdonatello@eleconomista.com.mx

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