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Opinión

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Las socaps y su contribución en los servicios financieros rurales

La eminente orientación rural de las sociedades de ahorro y préstamo, su proceso de regulación y la evolución de sus productos y servicios las posicionan como los intermediarios financieros más importantes en las zonas de menor desarrollo. Las cooperativas también apoyan la inclusión financiera con una perspectiva de género, dado que 54% de sus socios son mujeres.

En lo que corresponde al otorgamiento de financiamiento, el Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2018 (RNIF) señala que, en los municipios rurales, 76% de los créditos se otorgan por las socaps, en comparación con 21% de la Banca Comercial.

De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, al mes de septiembre del 2018, las cajas registraron una cartera de 92,955 millones de pesos, lo que representa un incremento anual de 16 por ciento. La misma fuente señala que 81% de los financiamientos están dirigidos al consumo, 12% a actividades productivas empresariales y 7% a la vivienda.

En relación con el ahorro, el RNIF señala que 73% de los contratos de captación en municipios con menos de 5,000 habitantes fueron otorgados por socaps. De acuerdo con cifras de la CNBV, la captación del sector cooperativo en septiembre del 2018 fue de 119,421 millones de pesos, con una variación anual de 15 por ciento.

La captación de las socaps está protegida con un seguro de depósitos que tiene una cobertura de 25,000 Udis por ahorrador. Esto significa de acuerdo al Fideicomiso del Fondo de Supervisión Auxiliar de Socap y de Protección a sus Ahorradores (Focoop), que 98% de los socios de las cooperativas están cubiertos en la totalidad de sus ahorros.

Sin embargo, aún y cuando existen participantes de este sector que ofrecen sus servicios financieros a través de cajeros automáticos, transacciones por Internet, por teléfono celular, terminales punto de venta o, incluso, utilizan corresponsales financieros adecuando sus productos y servicios para consolidar su cobertura y eficientar sus procesos, todavía se enfrenta a importantes retos en la oferta de infraestructura pública, así como en la rapidez para adoptar la digitalización de los servicios financieros.

Adicionalmente, habría que destacar también que canalizar los recursos de la captación hacia el otorgamiento de crédito productivo, requiere contar con procesos, metodologías y recursos humanos especializados que aún no están totalmente integrados en el sector cooperativo, pero que representan una oportunidad para fomentar las actividades que generan valor en la economía de las regiones donde participan.

Para ello, los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), entidad de fomento originada en el Banco de México, busca estimular las capacidades de las socaps, acompañándolas en la adopción de mejores prácticas y uso de herramientas de administración de riesgos que les permita ofrecer, productos financieros adecuados a sus socios productores y contribuir así, al desarrollo regional y comunitario en el medio rural.

*Ana Luisa Estrada Galarza es especialista de la Subdirección de Atención Corporativa de IFNB. La opinión de este artículo corresponde al autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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