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Opinión

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Lo transgénero y una epifanía del cuerpo

Mientras camino o corro, escucho revelaciones. Mi cuerpo se conecta de una manera misteriosa a lo que descubro sin ser yo, hablando por sí mismo desde allí.  Y también cuando sueño, y cuando los muertos me visitan.

En su opinión, siguen siendo las mismas personas egoístas e infantiles que se han perdido o, por el contrario, ahora son trascendentes y nos aman, pero tienen prisa por regresar a casa.

Por eso procuré todo con mucho cuidado: Los impulsos primigenios y los estímulos externos.

 

Todo esto le conté a Alferi, hijo de Jacques Derrida. La reunión tuvo lugar en París. Todos teníamos 25 años. Era compañero de clase de aún mi mejor amigo, casado ahora con un francés. También le susurramos que debía evitar a toda costa la luz artificial, ya que afecta negativamente a la atmósfera en general. Pierre Alferi es el nombre de este francés. Como otros estudiantes de la École des Hautes Études des Arts Plastiques, se rieron a carcajadas por lo de la luz artificial y pensó que los latinoamericanos éramos muy sensibles o muy estúpidos. Nos gustaba confrontar amistosamente las diferencias de entendimientos desde distintos países.

 

Hors sol es un libro de Alferi, cineasta y autor de 15 libros, entre poemas, novelas, ensayos, obras sonoras, obras de teatro, exposiciones, performances y lecturas.  Es hijo de la psicoanalista Marguerite Aucouturier y Jacques Derrida, una de las grandes figuras de la filosofía posmoderna y desarrollador del post estructuralismo francés. 

 

En Hors Sol, Alferi describe una sociedad que se vuelve inhabitable debido a la superpoblación y al total desprecio por los recursos naturales, lo que provoca desastres y epidemias generalizadas. Esto se traslada a lo social y se explora en la hiperconectividad, el aislamiento social, la intensificación de clases sociales, el transhumanismo, la apatía, el hedonismo sexual. Los humanos sólo pueden vivir en burbujas creadas sobre la Tierra en esta novela de Alferi.

 

Pierre se suicidó hace un año. Él es uno de esos escritores que tampoco separa su escritura, su caminar y su creación, de su cuerpo y su movimiento.

 

Relaciono mis pensamientos sobre la nueva ideología de género con la deconstrucción semiótica que hizo Derrida del mundo. Pues bajo la luz artificial que brilla sobre nosotros en este mundo, nada  tiene valor, nada tiene valor real. Nada es importante ni definitivo. Nadie es real y todo es relativo a otros que no valen nada. La identidad sexual se inventa. Se crean nuevas agrupaciones sociales y afectivas basadas en lo que se construye mentalmente. Tal como si viviéramos en el hiperespacio.

 

En "The Madness of Crowds" de Douglas Murray, se explica que los derechos humanos y la lucha contra la discriminación han avanzado, y las obsesiones por género, raza y sexualidad nos enfrentan en base a etiquetas. Esto socava la cohesión social y la confianza mutua. Woke, jerga afroamericana, que denunciaba los abusos de raza en contra de los negros de Estados Unidos, se expandió para incluir discapacidad y orientación sexual.

 

Los casos de disforia de género han crecido entre un 2,000 y un 10,000% en 10 años en países occidentales. La politización excesiva degrada el discurso público. Tendencias en la educación y activismo afectan negativamente a los jóvenes, promoviendo fragilidad emocional y limitando la libertad de expresión.

 

La dismorfia corporal es la incapacidad de aceptar el cuerpo con el que nacimos. Unos padres participaron en un reality show "I Am Jazz” sobre la transición de género de su hijo adolescente, pero la cirugía fracasó. Una herida abierta que colapsó y no suturaba en el lugar de una vagina al final de la cirugía, una depresión severa y un trastorno alimentario fueron consecuencias devastadoras para esta persona.

 

"Estoy viviendo en el cuerpo equivocado. Soy una mujer", dicen los hombres trans. Las mujeres aún no sabemos lo que significa ser mujer si nos lo preguntas. Los Drag Queens y la estética Queer pertenecen al porno y al espectáculo, originalmente denunciando abusos hacia la comunidad gay.

 

¿Qué significa ser mujer? ¿Es una construcción social o una cuestión biológica? Este asunto es central en estos debates delicados. La seguridad de las mujeres sigue sin resolverse. Hay 10 feminicidios diarios en México. ¿Cómo aceptar que hombres se hagan pasar por mujeres, cambien sus identificaciones oficiales, accedan a baños y prisiones femeninas en países donde estos espacios no son seguros?

 

El discurso de víctima-victimario es el mismo, donde la violencia y el miedo son los únicos motores. Un colectivo estridente obliga a aceptar una noción de mujer que hipersexualiza el cuerpo femenino y generaliza el discurso. El autopercibimiento abre la puerta a parafilias y enfermedades mentales, como el sadomasoquismo y la pedofilia, porque bajo esta lógica, si te auto percibes como un niño, pues eres un niño. Y al mismo tiempo, la violencia psicológica que sufre quien se siente distinto es escalofriante.

 

La biología demuestra que la fuerza, capacidad pulmonar, masa muscular, masa ósea, adrenalina y testosterona masculinas son superiores en el cuerpo masculino. En "Aspectos psicológicos de la disforia de género y la transexualidad/transgenerismo", José Errasti defiende que la gran mayoría de los nuevos casos de disforia que se atienden en las unidades de identidad de género actuales son un fenómeno de naturaleza psicológica, fruto de la influencia social y favorecido por múltiples factores, una filosofía posmoderna que niega los conceptos de verdad, realidad y ciencia; la apertura de los centros educativos a tales planteamientos; los medios de comunicación; las redes sociales; el uso demagógico de estas personas en las disputas políticas; y el interés económico por un importante nicho de mercado.

 

Los problemas de identidad de género pueden deberse a la internalización de estereotipos sexistas. Luchar por la perfección es un error. Comprender la vida a través del cuerpo es una epifanía. Superar el dolor de vivir es un esfuerzo heroico. Cada acción es un mensaje. El suicidio o la reconciliación con uno mismo habla al colectivo.

 

Las personas con arcos planos en los pies tienen una psicología corporal única, porque nuestro cuerpo es nuestro principal vehículo de percepción, y tratar estos arcos con desprecio es ingrato. Nuestra imagen corporal es un conjunto de ideas sobre nosotros mismos.

 

El cambio de género te convierte en blanco del marketing y la política. No se habla mucho de la diferencia entre transexual y transgénero, dejando un vacío para manipulaciones sociales.

 

Los especialistas en marketing nos han robado el mundo a los artistas. Han ideado etiquetas para controlar y vender, al crear necesidades falsas.

 

No es fácil decirnos la verdad porque hablamos desde un punto ciego basado en el trauma.

 

Cuando me quejé con Pierre sobre la luz artificial, no tenía idea de hasta dónde llegaría la revelación de mi yo más joven. Porque tener una epifanía es como quedarse ciego. No lo sabes con certeza, pero algo te está guiando hasta que encuentras ese destello, ese nudo que se forma en tu cerebro y evoca alegría y asombro incluso años después. Tienes que seguir adelante a ciegas. En otros casos, son epifanías que duran un momento. Debes aprovechar esa revelación como al saltar sobre la espalda de una ola, hasta que estés exhausto y el enigma se abra como dentro del caparazón de un caracol en su laberinto sinuoso. Empuja suavemente y con fuerza junto con las burbujas hacia la salida. Cerraste los ojos. Y aprendiste así a ver, por un momento, a través de aguas cristalinas.

 

Pier Paolo Pasolini, el artista, el gran director de las Epifanías, decía que el poder se divide entre el opresor y el oprimido. Que las conspiraciones nos liberan de la difícil tarea de confrontar las verdades individuales.

"Esta terquedad feroz contra la violencia", dijo en una entrevista vehementemente hablando de sí mismo, horas antes de su brutal y trágico asesinato salpicado de preguntas.

 

Pasolini es conocido por su enfoque poético y a menudo provocativo de temas como la sexualidad, la religión, la política y la cultura. Sus películas a menudo mezclan lo sagrado y lo profano, y se destacan por el uso de imágenes poderosas y simbólicas.

 

La luz con la que vemos las cosas debe medirse y elegirse con excesiva sospecha, casi paranoica. Cuanto más natural sea la luz, mejor. Aceptar la complejidad de la genética, el azar, las causas y efectos, la estructura familiar y a veces la mala o buena suerte en nuestro destino, es el camino hacia la aceptación de quiénes somos y por qué venimos a este mundo. Y para qué.

 

Mis amigos suicidas me guiñan un ojo con picardía y alegría en mi imaginación. Al suicidarse, están transmitiendo demasiado al colectivo un mensaje para desentrañarlo los que quedamos aquí.

 

"Su único yerro –dice Lacan– es querer forzar mediante la cirugía el discurso sexual que, en cuanto imposible, es el pasaje a lo real".

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