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Opinión

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Lollapalooza y el verano de los atípicos festivales de música

El festival Lollapalooza en el Grant Park de Chicago. Foto: Lollapalooza�Charles Reagan Hackleman

El festival de Lollapalooza arrancó este jueves su edición más extraña en su historia. Esta edición del festival creado por Perry Farrell, de Jane’s Addiction y Porno for Pyros, se tuvo que adaptar al momento en donde todas las actividades comunales al aire libre a las que estábamos acostumbrados quedaron truncadas por la cuarentena. El Grant Park de Chicago, sede de este festival musical, lucirá vacío estos cuatro días y todo el espectáculo ocurrirá en nuestras pantallas desde la comodidad de nuestro hogar.

Este año será una extraña amalgama de revivir presentaciones de ediciones pasadas de Paul McCartney (2015), LCD Soundsystem (2016), Metallica (2015), The Cure (2013), OutKast (2014), Pearl Jam en Brasil (2018), Arcade Fire (2010) o Yeah Yeah Yeahs (2009). Habrá también apariciones especiales de la exprimera dama Michelle Obama; Chuck D, de Public Enemy; el rapero, LL Cool J; el baterista de Metallica, Lars Ulrich; Perry y Etty Farrell, entre muchos otros. Esta edición tan sui géneris de Lollapalooza verá también el reencuentro de Porno For Pyros, el mítico proyecto alterno fundado por Farrell tras la primera disolución de Jane’s Addiction junto con Stephen Perkins, Peter DiStefano y Mike Watt, ex bajista de la mitológica banda de los ochenta los Minutemen.

Farrell inició Lollapalooza en 1991 como un circo itinerante que recorrería el territorio de los Estados Unidos con una camada de grupos de la escena alternativa del momento como Nine Inch Nails, Living Color, Jane’s Addiction, Siouxsie and the Banshees, Ice T, Fishbone, Violent Femmes y la Rollins Band. A pesar de haber sufrido varias interrupciones entre finales de los noventa y principios del nuevo siglo, Lollapalooza logró instalarse desde el 2005 en el Grant Park, donde se ha transformado en un monstruo musical y se ha alejado un poco de sus raíces neo-hippies de aquel momento.

Lollapalooza es sólo uno de tantos festivales que quedaron en la incertidumbre a medida que avanzaba la pandemia de coronavirus por todo el mundo. La cuarentena musical que golpeó a toda la industria musical desde la primavera ha alcanzado, como ya se vislumbraba, a todos los eventos del verano y el resto del año. Los festivales británicos de Glastonbury, Reading y Leeds habían suspendido oficialmente sus ediciones del 2020 desde hace ya meses, al igual que lo hicieron el Primavera Sound en España, Bonnaroo y a esa lista se le han sumado más festivales en todo el mundo.

Más allá del entretenimiento que este tipo de eventos provee como espectáculo cultural, la cancelación de estos festivales ha traído un duro golpe a miles de personas que dependen de esta industria. Persisten aún las interrogantes de cómo se podrán realizar los eventos masivos en el futuro, pero también es buen momento para reflexionar hacia cómo mejorar esos espacios. Tal vez no extrañaremos las aglomeraciones, los baños portátiles apestosos, la cerveza tibia vendida a un precio estratosférico, ni los robos o manoseos no solicitados. Lo que sí extrañaremos es la comunión que nos brindaba, los festivales eran un punto de encuentro con amistades lejanas que acababan reintersectadas por la música.  

El circuito de festivales siempre ha apelado un poco a nuestra nostalgia musical y este año Lollapalooza lo explotará de una forma muy peculiar. Así que desde la comodidad de su sala o recámara podrá disfrutar a la distancia este legendario festival. Este Lollapalooza virtual nos permitirá revivir una experiencia que probablemente nunca regresará. Faltará la cerveza caliente, el inclemente clima, las banderillas de langosta, las botellitas de vino blanco en termo, los bebederos comunales y las vistas de los rascacielos aledaños que forman una fotografía espectacular inolvidable de una ciudad viva en verano. Perry Farrell en esta ocasión montará la carpa de este circo virtualmente y nos unirá a la distancia con buena música para seguir acompañando este encierro y sentir que estamos ahí.  

Twitter: @tonebecerril

antonio.becerril@eleconomista.mx

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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