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Los comensales quisquillosos
Los picky eater, o comensales quisquillosos, son aquellas personas que presentan conductas especiales hacia nuevos alimentos, texturas o sabores y se rehúsan a comer los alimentos preparados de tal o cual forma. Algunos casos severos de comensales quisquillosos involucran a adultos que sólo consumen un alimento o ingrediente, o que tienen ciertas fobias relacionadas con sabores nuevos, colores o texturas en los alimentos.
Como parte del desarrollo normal de cualquier ser humano, es común que la mayoría de las personas pasen por una etapa de comensal quisquilloso de niños, que suele desaparecer a medida que se va creciendo y adquiriendo habilidades en el desarrollo de diferentes aspectos de la personalidad. Se recomienda generalmente que los niños sean expuestos a diferentes sabores, ingredientes y texturas, no obligándolos a comerlos, pero sí familiarizándose con los alimentos y su presencia en la dieta familiar. No se puede obligar a un niño a comer vegetales si no observa a sus principales cuidadores hacer lo propio con diferentes tipos de preparaciones con vegetales. Generalmente los niños trascienden esta etapa sin necesidad de ser forzados, pero sí expuestos a estos alimentos que rechazan.
Sin embargo, existen personas que aún siendo adultos cuentan con un limitado repertorio de los alimentos que sí consumen, y tienen fobia de probar nuevos sabores, ingredientes o texturas. Pocas veces se aventuran a probar menos platillos, y generalmente, agradecen la monotonía en sus dietas, sin sorpresas. Ser expuestos o sentirse obligados a probar otros alimentos, puede generar desde un simple disgusto hasta ataques de ansiedad o de fobia social relacionados con la exposición a ciertas comidas.
La neofobia alimentaria, o miedo a probar alimentos nuevos, es una característica que nos permitió evolucionar como especie al prevenir los riesgos que implicaba, por ejemplo, comer cosas potencialmente mortales o venenosas. Exhibir neofobia alimentaria de adulto es en algunos casos, considerada una conducta que puede tener ciertas implicaciones en el bienestar. Si el repertorio alimentario del adulto es restringido, lo más probable es que presente una deficiencia nutricional, ya que los requerimientos de diferentes nutrimentos se logran al tener una dieta que combine diferentes tipos de alimentos de una manera variada.
Si las deficiencias se cubrieran a partir de la suplementación, existen también estudios que evidencian que estas personas pudieran llegar a desarrollar ciertas características de fobia social, debido a las situaciones sociales que involucran inevitablemente la ingestión de alimentos, como las fiestas, las comidas de negocios o las reuniones para hacer o reforzar lazos de amistad. Se ha identificado también que en algunos contextos socioculturales donde el nivel de comunitarismo es alto, las personas quisquillosas para comer no son apreciadas en los momentos de comensalidad.
Las causas por las que un niño crece como adulto quisquilloso, tienen que ver con un entramado que involucra desde la genética hasta la forma de crianza que ese adulto tuvo. También tiene que ver con rasgos psicológicos de la personalidad, desde la disponibilidad para correr riesgos, hasta la capacidad de adaptación y resiliencia, pasando también por las formas en las que se desarrolla el apego (sano o insano) con los principales cuidadores en la infancia. Como en muchos casos en el tema de alimentación, la causalidad no es única y es un complejo entramado. En muchos casos, el adulto puede ver afectado bienestar físico y emocional por tener una relación problemática con la comida, que es omnipresente.