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Los retos de la industria automotriz eléctrica
Se requiere de un política industrial para la absorción de tecnología y capacidades que permita alcanzar el 100% de contenido regional en la producción de semiconductores, para lo cual son necesarios nuevos mecanismos de financiamiento y la atracción de inversión en esa área.
Se trata de un tema de gran relevancia para un país en el que la manufactura de autos es una de sus principales actividades económicas de alto valor. La industria automotriz mexicana representa el 3% del PIB nacional, emplea a más de 800,000 personas y entre 2010 y 2018 ha tenido un crecimiento real anual de 12 por ciento. La respuesta a esa pregunta se pretende responder en el documento Diagnóstico y Recomendaciones para la Transición de la Industria Automotriz en México, que elaboró un grupo de expertos y la Universidad de California, con el liderazgo del canciller Marcelo Ebrard. Se trata de una guía muy precisa de lo que debe de hacer el país para mantener su posición en la producción automotriz para el futuro, como parte del bloque económico de Norteamérica.
Se requiere generar innovación. El país ya cuenta con sistemas de producción robustos, pero a niveles desiguales de automatización, manejo de residuos y capital humano. Se requieren centros de innovación y hubs para desarrollar tecnología y capacidades. Para eso es fundamental fortalecer la oferta educativa, desarrollar carreras especializadas, orientadas a la industria, con certificación internacional y en alianza con las universidades de Estados Unidos. Eso implica también generar movilidad laboral en el sector con ese país. Eso además de actualizar la regulación de residuos peligrosos, establecer mecanismos para el manejo y el reuso de las baterías de litio, así como establecer las condiciones para su producción nacional.
Se requiere de un política industrial para la absorción de tecnología y capacidades que permita alcanzar el 100% de contenido regional en la producción de semiconductores, para lo cual son necesarios nuevos mecanismos de financiamiento y la atracción de inversión en esa área. Es necesario también ampliar la disponibilidad de insumos como electrónicos y software, por medio de la simplificación de requisitos, la homologación regulatoria y padrones de proveedores. Se requiere invertir en infraestructura de recarga, como estaciones y cargadores para autos, especialmente en carreteras, así como en infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones.
Un tema fundamental será la conectividad. Para el 2028, se estima que el 94% de los autos estarán conectados a un servicio 5G, lo que hace necesario acelerar la instalación de esa infraestructura, invertir en la conexión de localidades desconectadas y coordinar con gobiernos locales acciones para acelerar la instalación y despliegue de estas redes. Se recomienda desarrollar un corredor 5G en el Bajío, para que la zona sea un hub de centro de datos y el espectro sea utilizado principalmente por la industria. El país tendrá también que actualizar sus normas ambientales, para limitar las emisiones de hidrocarburos y facilitar las instalaciones de estaciones de carga eléctrica. También elaborar un censo de la infraestructura de recarga existente, para proyectar la futura demanda de cargadores, así como la estandarización necesaria en cuanto a voltaje, sistemas operativos y formas de pago.
Para mantener su posición como un productor importante de autos, que ahora serán eléctricos, y para acelerar la electromovilidad en el país, se requiere de un plan integral, la Secretaría de Relaciones Exteriores ya presentó uno pertinente, es así como se puede pensar y proyectar un país para el futuro, con ideas claras y concretas. Esperamos que el debate público genere también otras propuestas concretas para los grandes retos nacionales.
Twitter: @vidallerenas