Lectura 3:00 min
Lula, de presidente a caricatura de IA
Lula hizo su debut internacional en China y de inmediato hizo el ridículo al proponerse como mediador entre Rusia y Ucrania, pero sin esconder el nombre de su país favorito.
¿Un supuesto mediador dejando a un lado la equidistancia para apoyar a Rusia?
El pasado lunes Lula recibió con honores de Nicolás Maduro.
El brasileño piensa que con su arribo a la presidencia el mundo acaba de nacer. En efecto, sufre de adanismo.
“Sobre Venezuela hay muchos prejuicios”, dijo.
Por momentos, sus palabras transferían al auditorio cierta ternura. En efecto, particularmente cuando el presidente de Brasil atribuyó la crisis política, económica y humanitaria de Venezuela a “una narrativa que decía que (el Gobierno de Maduro) era antidemocrático y autoritario”.
Lula se encontraba en la cárcel cuando la comisionada Michelle Bachelet presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el informe sobre el régimen de Maduro en materia de derechos humanos (5 de julio de 2019).
Entre otros resultados, el informe presentó una alarma ante las acciones del aparato de seguridad, “responsable de ejecuciones extrajudiciales (...) y detenciones arbitrarias, maltratos y torturas”.
Una de las recomendaciones del informe de Naciones Unidas fue: “Detenga y prevenga el uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones”.
¿En dónde estaba Lula el día que Bachelet presentó el informe?
En la cárcel, probablemente viendo un partido de futbol.
Pero Lula dice en la actualidad que sobre Venezuela hay muchos prejuicios.
Maduro ha mentido en las más de 15 mesas de diálogo que ha tenido con la oposición. La más reciente, en México. Maduro genera expectativas de diálogo con el solo objetivo que mantenerse atornillado en la presidencia.
Memorable la imagen de uno de los matones de Maduro, Jorge Rodríguez, visitando la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
Ahora, el dictador aprovecha que en Brasil gobierna un adanista para que le ayude a blanquear sus masacres y crímenes que ha cometido.
Nunca mejor aplicada aquella frase añeja de que no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 años después.
Lula, 20 años después de que asumiera por primera ocasión la presidencia de Brasil, parece una imagen creada por inteligencia artificial: un idiota cometiendo errores de principiante a donde va; un presidente deschavetado que intenta demostrar que mundo nació el día en que él regresó a gobernar.
Lo que Lula sí demuestra es que la región continuará sin líderes.
Nace un mecanismo regional: el de los líderes latinoamericanos deschavetados. No es populismo artificial, es una crisis encabezada por dogmáticos del siglo XX.
@faustopretelin