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México: ¿Exportador de capitales?
No son fugas de capital “golondrino”, sino inversiones físicas en fierros, en unidades productivas o empresas...
La noticia del jueves de la semana pasada fue de llamar la atención. La cabeza rezó textualmente: “IED de México en EU marca récord en el 2021”. ¿México, exportador de capitales? No exactamente; o al menos no en el neto o en el balance. Aclarar este punto es de la máxima importancia. Si se hace el balance o entre la Inversión Extranjera Directa proveniente de los Estados Unidos a México de la que nuestro país realiza en la nación allende al Río Bravo, el saldo seguramente es positivo en un monto importante a favor del flujo ingresivo. Pero lo que llama la atención de la IED mexicana hacía los EU es su tendencia creciente. ¿Por qué esa tendencia?
Las cifras muestran que para el cierre del 2018, la IED de México hacia EU sumaba desde 1997 40.5 miles de millones de dólares (mmd). Pero el dato a destacar es que en lo que va del gobierno de la autodenominada 4T, la estadística se incrementó en casi 19%, con un aumento de 7.7 mmd. Y la cereza de ese pastel correspondió al año 2021, con el récord un poco más de 6 mmd.
En términos históricos, no es la primera vez que los inversionistas de México se vuelcan a la economía estadounidense. Durante el gobierno de López Portillo despertaron una tremenda ira en ese presidente los grandes flujos de capital que salían del país. Pero se trataba de inversiones especulativas de cartera que buscaban protección cambiaria en contra de una posible devaluación de la moneda.
En contraste, el caso actual del que nos ocupamos es muy diferente. No son fugas de capital golondrino, sino inversiones físicas en fierros, en unidades productivas o empresas. Una ojeada apenas superficial a las empresas mexicanas que se han destacado en esa avalancha de inversiones lleva a pensar que se trata de una estrategia global de expansión. En tal sentido, no debe extrañar que, por ejemplo, Bimbo, Grupo Salinas o Sigma Alimentos expandan su red de cobertura al extranjero.
Lo que no se compadece con ese movimiento o proceso, que incluye a muchas empresas mexicanas adicionales, es que no venga acompañado de una propensión a invertir interna parecida. Sería de inmenso interés conocer las razones por las cuales a esas firmas la economía de Estados Unidos les resulta tan atractiva para invertir y no la de México, mucho más necesitada de capital fresco.