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México: ¿dumping salarial?
México es más pobre que Estados Unidos y por esa razón aquí los sueldos son más reducidos. No hay dumping en ese hecho duro de la realidad.
En la historia de la filosofía se les llama sofistas a aquellos pensadores de la época presocrática que mediante malabarismos verbales hacían aparecer a la mentira con visos de verdad. Pero por desgracia para la humanidad los sofistas de toda laya -y los hay de muchas facturas- no desaparecieron en la era de la Grecia clásica. Los sofistas han reaparecido a lo largo del devenir del mundo y el actual siglo XXI no es una excepción. Lo han demostrado recientemente los funcionarios comerciales de la administración Trump con su acusación de que México practica dumping salarial.
Ni siquiera manejan bien esos funcionarios el concepto de dumping. Un país exportador aplica prácticas de dumping cuando ofrece apoyos ocultos a sus productores para que mediante costos de producción artificialmente bajos puedan penetrar en los mercados internacionales. Los bajos salarios de México, señor Trump, no tienen nada de artificial. Los salarios en México son más reducidos que en Estados Unidos en razón de que hay una menor dotación de capital y la capacitación laboral tiene un menor nivel. México es más pobre que Estados Unidos y por esa razón aquí los salarios son más reducidos. No hay dumping en ese hecho duro de la realidad.
Los funcionarios de la administración Trump no saben lo que significa dumping o, al parecer, también lo confunden con el principio de las ventajas comparativas. Si entre los países del mundo no hubiera diferencias en dotación de recursos, clima y capacidades diferenciadas de producción tampoco habría comercio internacional. Lo hay y muy ventajoso para todas las partes, a causa de que existen esas ventajas comparativas. Así, Francia exporta vinos porque los produce con gran calidad y Arabia Saudita exporta petróleo como resultado de que cuenta con yacimientos en inmensa cantidad.
Las ventajas comparativas en el comercio internacional no son dumping. De aceptarse esa falacia, se les podría revertir a las autoridades estadounidense en las discusiones sobre comercio internacional y en particular con respecto a la renegociación del TLCAN. En ese orden, los avances científicos que se consiguen en las universidades de Estados Unidos y que le permiten a ese país vender tecnología al exterior también pueden considerarse como dumping o las exportaciones de maquinaria agrícola que realizan las empresas John Deere o Caterpillar.
El presidente Donald Trump y sus asesores comerciales son falaces e ignorantes, pero nadie los refuta ni les enmienda la plana. ¿Por qué?