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Opinión

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México necesita de bancos digitales

Los servicios financieros no pueden seguir siendo solamente privilegio de unos cuantos, y el desarrollo de servicios financieros digitales puede ser el camino para que en el corto plazo las personas puedan tomar mejores decisiones de ahorro, crédito y de aseguramiento...

México enfrenta un escenario alarmante de baja inclusión financiera, una situación que se explica en buena medida por la falta de competencia en el sector bancario. Alrededor de la mitad de los adultos no tienen acceso a los servicios financieros, y en el caso de las mujeres solamente 42 de cada 100 cuentan con ellos. De acuerdo con la última encuesta de inclusión financiera, incluso se registraron retrocesos en los últimos años, especialmente en el sur del país. El sistema financiero mexicano es estable, sólido, pero con siete bancos que concentran el 77% de los activos totales y que, por tanto, no tiene la necesidad de atender a sectores como el de las mujeres, los jovenes, las poblaciones rurales, los trabajadores del sector informal y las Mipymes. Es una banca que gana mucho, presta poco y deja a un lado a la mayoría de la población. Las reformas, más recientes, las de 2014, en realidad no generaron mayor competencia, las prácticas anticompetitivas continuan, como los señala la propia Cofece. Los bancos de nicho, que eran la puesta de dicha reforma para generar competencia, no prosperaron, Autofin, por ejemplo, fue vendido hace unos días, con grandes dificultades.

Otros países de America Latina han logrado avanzar de manera importante en los últimos años en materia de inclusión financiera. En los casos de Brasil y de Ecuador, se logró que el 72 y el 65% de los adultos, respectivamente, tuvieran acceso a una cuenta bancaria, en buena medida gracias al crecimiento de los servicios financieros por la vía digital, en parte debido a una regulación innovadora que los alentó. En México, en cambio, a pesar de las nuevas alternativas tecnológicas y el avance en la conectividad, su desarrollo ha sido lento. La famosa ley Fintech regula muy pocas operaciones e instituciones, que en realidad tienen que ver medios de pagos, pero que prácticamente no tienen que ver con servicios financieros propiamente. Quienes los ofrecen utilizan otras figuras para dar servicios financieros digitales, lo que limita su desarrollo y alcance. Otros oferentes, en realidad son brazos de los bancos tradicionales, por lo que su incentivo no es generar mayor competencia, ni atender nuevos segmentos. Lo que se requiere es establecer en la regulación, con claridad y de manera explícita, la figura de banco digital, para que cuente con la reglamentación y los mecanismos de supervisión pertinentes, que ayuden a su crecimiento, garanticen seguridad a los usuarios, eviten riesgos sistémicos, pero que no genere sobre costos innecesarios. En algunos aspectos la supervisión y requisitos tendrán que ser mayores que la banca tradicional, pero en otros definitivamente pueden ser distintos.

La regulación específica para la banca digital emparejaría el piso con respecto a la banca tradicional, lo que le permitirá competir en mejores circunstancias y romper el sistema monopólico, para lograr que se atiendan a muchos más sectores, gracias al avance tecnológico. La expansión de la banca digital es también una oportunidad para ofrecer de manera masiva, sencilla y efectiva educación financiera a la población, que puede estar al alcance de millones de personas y cerrar las brechas de desigualdad que persisten en esa materia. Los servicios financieros no pueden seguir siendo solamente privilegio de unos cuantos, y el desarrollo de servicios financieros digitales puede ser el camino para que en el corto plazo las personas puedan tomar mejores decisiones de ahorro, crédito y de aseguramiento, porque tienen a su alcancen los servicios, pero también la información y los instrumentos necesarios para reducir los riesgos y hacer crecer sus ingresos. Durante este periodo, de mayor crecimiento de los precios, por ejemplo, el acceso masivo a la banca digital hubiera podido ser una alternativa para millones de personas de proteger su patrimonio, e incluso de acrecentarlo por las mayores tasas. La realidad es que la enorme mayoría de los mexicanos no tuvieron la oportunidad de hacerlo.

Twitter: @vidallerenas

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Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuenta con una Maestría en Política y Gestión Pública por la Universidad de Essex, Reino Unido y un Doctorado en Administración y Gerencia Pública por la Universidad de York

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