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Mexit: Trump se mira ante el espejo de Cameron
Enrique Peña Nieto, Barack Obama y Justin Trudeau seguramente trataron un tema urgente en la Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN): el caso Brexit. Quizá lo hicieron entre el postre y el café, cuando generalmente se tratan temas serios que no comparten ante los medios de comunicación.
Donald Trump, con su promesa de estatizar el sueño americano, podría decretar un Mexit. Desconectar a México de inversiones y comercio estadounidenses para hacer grande a América nuevamente . Ya lo está haciendo a través de su retórica electoral.
Ojalá que desde Ottawa, de la CLAN surja una vacuna anti-Trump. Conviene recordar que desde febrero Obama envió a México a su vicepresidente Joe Biden para solicitarle al presidente Peña subirse a la campaña anti-Trump. El gobierno lo hizo de manera equivocada enviando a varios de sus secretarios ante los medios para criticar al virtual candidato republicano. Después, el Peña Nieto reculó cuando alguien le dijo que más de un republicano podría enojarse con México.
El Brexit tiene que ser tratado como un caso de alerta máxima porque sobre el tablero de ajedrez geoestratégico todas las piezas se están moviendo desde el jueves pasado.
Si Fukushima y Lehman Brothers traumatizaron la seguridad nuclear y la economía globales, la victoria del Brexit lo puede hacer con las ideologías políticas.
Los movimientos geoestratégicos que producirá el Brexit serán muy claros. Por ejemplo, sin Gran Bretaña en la Unión Europea (UE), las diferencias entre Francia y Alemania serán más visibles. El triángulo París-Londres-Berlín ha contenido la tensión entre Francia y Alemania. Ahora ya es un tête-à-tête. Con el Brexit, Alemania pierde más que Francia porque con Gran Bretaña comparte puntos de vista. En lo económico, Alemania y Gran Bretaña siempre han sido aliados en la conformación y aprobación del presupuesto europeo y en el liberalismo de sus s economías. Con el Brexit, Hollande respira con alivio a corto plazo porque cesará la presión británica para acelerar la negociación y aprobación del TLC entre Estados Unidos y la UE.
Francia se ha mostrado distante de la política exterior británica; por ejemplo, la invasión a Irak. Su ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, dejó claros los motivos por los que Francia no estaba de acuerdo en invadir el país entonces gobernado por Sadam Husein.
Actualmente Hollande está convencido de que las sanciones económicas en contra de Rusia deben cesar. El Reino Unido ya no podrá influir a través de Bruselas.
Estados Unidos pierde con el Brexit porque Gran Bretaña fungía como caballo de Troya. Para EU no existe un aliado europeo tan confiable como Gran Bretaña. Abandonar Bruselas es salir del centro de operaciones europeo.
Las externalidades del Brexit llegarán hasta Siria, cruzarán Rusia y sentirán en México. El pasado domingo atravesaron España.
España nos acaba de recordar que es un paraíso político porque carece de partidos de ultraderecha. Los radicales de ese bando se parapetan en el Partido Popular. Por lo que toca a los radicales de izquierda, Unidos Podemos se desangró al perder 1 millón de votos. Pablo Iglesias ganó la campaña electoral pero perdió las elecciones frente al miedo que ese millón de personas sintieron segundos antes de cruzar la boleta.
Ni Google ni Wikipedia perdonarán a ?David Cameron. Será recordado como el premier que a través de un acto de demagogia, provocó la salida de su país de la UE. Así le sucedió a Neville Chamberlain por hacerle un guiño a Hitler.
Trump se mira ante el espejo de Cameron. El Brexit jalapeño llamado Mexit lo ha catapultado hasta pocos metros de la Casa Blanca.