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OPEP, problemas en el paraíso petrolero
Una baja en los precios del petróleo, como la que hemos visto durante los últimos 40 días, es una buena noticia para los bancos centrales que buscan contener la alta inflación y los precios de los energéticos son un componente básico en la formación de precios en las economías desarrolladas.
Pero en términos políticos, son puntos a favor de personajes como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien tiene un logro económico que poder presumir en la antesala de un año electoral.
Evidentemente que si le preguntan a la Rusia de Vladimir Putin seguro que quisiera restringir la producción de crudo tanto como él pudiera como para regresar a occidente a los problemas inflacionarios que tuvieron tras el inicio de la invasión a Ucrania.
Pero Rusia es un invitado más bien simbólico en lo que han dado en llamar a la OPEP+, integrada por los 14 integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, más otros 10 productores de petróleo, donde están rusos y mexicanos, que en conjunto representan 60% de la producción global.
Sin embargo, la OPEP es realmente Arabia Saudita y otros 13, que, junto con los invitados, pueden participar en las decisiones de producción del cártel en la medida en que los árabes estén de acuerdo.
Y resulta que en este momento los árabes pueden jugar del lado de los que quieren precios más bajos de los hidrocarburos.
Hay un proceso de occidentalización de la economía saudí y no les viene nada mal el mantener una buena relación con Estados Unidos y Europa, pero los problemas petroleros están al interior del propio cártel energético.
La OPEP+ tenía pactada una reunión para este pasado fin de semana en la que este grupo de productores analizaría la conveniencia de apretar un poco la producción para evitar que se mantuviera la caída en los precios.
Han sido por lo menos cinco semanas consecutivas de retrocesos en los precios del petróleo, influidos por un crecimiento más lento del sector industrial chino, también porque se ha desvanecido el efecto inicial de temor por la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás.
Y en medio de esto, los productores asociados en la OPEP no han dado pasos hacia una reducción en su producción.
Por supuesto que la postergación de la reunión de la OPEP del domingo a este jueves fue leída en los mercados como una evidencia de los problemas en el paraíso petrolero.
Pero resulta que Arabia Saudita quiere que antes de que se acuerde cualquier recorte adicional, haya la certeza de que todos lo cumplen. Porque los árabes cierran su llave de producción, pero naciones africanas como Nigeria y Angola lo prometen, pero no lo cumplen.
Arabia Saudita es el gran productor de la OPEP, pero ya no tiene el dominio que tuvo el siglo pasado en el mercado global y lo que le queda es usar su fuerza dentro del cártel para controlar esa producción sindicada.
Los árabes pueden castigar a sus socios en lo que cumplen los acuerdos y después retomar su influencia en los mercados internacionales. Por lo pronto, el mercado consumidor goza de la ligera baja en los precios de los energéticos.