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Opinión

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Paradojas sobre el populismo

Una sociedad de clase media implica tener ingresos suficientes para poder vivir en una sociedad urbana y a la vez no arriesgar lo que ya logró alcanzar.

Buenos Aires. El tema de las reu­niones regionales de la Mont Pelerin Society es el populismo y los retos que enfrenta la región latinoamericana para contrarrestarlo. Éstas se celebran en la capital de Argentina, tierra fértil de los populismos más sofisticados y peligrosos en la región.

El posible y esperado triunfo del candidato populista Humala en la segunda vuelta de las elecciones peruanas en junio ha puesto este tema en el centro del debate público.

Este fenómeno es paradójico en la medida en que el reciente desempeño económico peruano se ha destacado por resultados extraordinariamente positivos, finanzas públicas sanas, crecimiento vigoroso, estabilidad de precios, amplia apertura al comercio exterior, surgimiento de una clase media robusta.

El mito alrededor de las preferencias electorales peruanas en la nueva clase media es, pues, el mito del votante racional. En lugar de manifestar una preferencia política por la continuidad del orden económico, los votantes medios se han solidarizado con la agenda populista del candidato Humala, aquí bautizado como el sobrino de Hugo Chávez.

Ello nos obliga a reconsiderar las implicaciones políticas de la tesis, desarrollada en especial por Luis Rubio y Luis de la Calle, de que la sociedad mexicana es mayoritariamente de clase media. Una sociedad de clase media, según el criterio de los autores, implica un sector económico con ingresos suficientes para poder vivir en una sociedad urbana , pero al mismo tiempo una disposición de no arriesgar lo que ya logró alcanzar.

Empero, ¿cómo votará el clasemediero mexicano en las próximas contiendas electorales, a la luz del votante irracional en el Perú? Sería una petición de principio, en la que participamos varios, suponer que los clasemedieros votarán por políticos que preserven logros como la estabilidad de la unidad de cuenta o la apertura al comercio exterior.

Otra paradoja sobre el populismo latinoamericano es que la expansión económica en China e India, impulsada en gran parte por la apertura económica en esos países, ha generado un boom sobre los llamados commodities, lo que le ha hecho la vida inmensamente cómoda a populistas como Cristina Kirschner, Morales, el propio Chávez o Rafael Correa. Este boom ha tenido el efecto de prolongar las eventuales consecuencias inevitables del despilfarro, el autoritarismo y la vanidad del neopopulismo latinoamericano.

rsalinas@eleconomista.com.mx

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