Lectura 3:00 min
Prioridades: salud y educación
En México necesitamos elevar el gasto educativo, científico y tecnológico para subir la cobertura de los servicios, así como su calidad. Ello independientemente de las instituciones que lo realicen.
En la pasada contienda electoral, la problemática de la salud en México fue abordada con especial cuidado debido a su importancia, la complejidad que tiene y porque la cobertura de los servicios es muy baja. La población que no tiene acceso a los servicios de salud es de 50 millones de personas.
El gasto público en salud es reducido, de 3% del PIB, cuando lo deseable es que sea del 8 por ciento. También son evidentes los problemas institucionales. Ello plantea que la organización de la oferta de los servicios sea una tarea prioritaria. El primer objetivo que se ha definido por parte de los especialistas es el sistema de atención primaria con énfasis en la prevención, diagnóstico oportuno y acceso a medicamentos.
Otro factor importante del capital humano es la educación, pilar del desarrollo social. Diversos estudios internacionales reconocen que invertir en educación, ciencia y tecnología produce beneficios de tres veces más que hacerlo en capital físico. Aumenta la productividad de los factores que intervienen en los procesos productivos.
Existe una vinculación entre educación, desarrollo y equidad. La educación es el elemento esencial porque los cambios que sufre el sistema de producción exigen capacidad de adaptación. El mayor valor se encuentra en la inteligencia y en la imaginación, es la encarnación de lo inmaterial. El saber individual cuenta más que el tiempo de la máquina. El hombre lleva en su saber su propio capital y aporta una parte a los procesos productivos.
En México necesitamos elevar el gasto educativo, científico y tecnológico para subir la cobertura de los servicios, así como su calidad. Ello independientemente de las instituciones que lo realicen.
La elevación de la calidad de los bienes públicos, como son la salud, la educación, la seguridad social y la justicia, son las formas privilegiadas de la movilidad social. Invertir en capital humano significa, además de ser un factor de crecimiento económico, hacer una política redistributiva, que es la compensación para la población por su aporte a la producción de bienes y servicios. Con salud y educación, la población se convierte en empleable.
En el contexto de una política de desarrollo económico y social, el andamiaje de instrumentos que hacen una telaraña del desarrollo son 1) La inversión en capital humano, salud, educación, seguridad social, ciencia. 2) Una macroeconomía estable, lo que dignifica inflación baja, estímulos a los ahorros y a la inversión, tipo de cambio adecuado. 3) Una microeconomía competitiva que fortalece el desarrollo productivo, capacitación, difusión tecnológica, infraestructura, ventajas competitivas, aprovechamiento de las oportunidades que ofrece la relocalización industrial en todo el mundo. 4) Una vasta relación económica y cultural para absorber experiencias útiles y participar en las ventajas que ofrece el mercado mundial.