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Opinión

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Privilegio al método científico

La primera impresión de la pequeña parte del gabinete que dio a conocer la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, es que se acabó con la premisa lopezobradorista de que los colaboradores deben ser 90% leales, aunque sólo tengan 10% de experiencia o conocimiento.

No implica que no haya lealtad, pero sí se deja ver la diferencia entre haber acabado con muchas dificultades y con malas calificaciones una licenciatura en política, y tener una formación basada en el método científico y con un doctorado en ingeniería en energía.

Sin que eso sea garantía y sin dejar de mostrar una carga ideológica en la formación del equipo de trabajo, por ejemplo, con eso de insistir en lo diabólico del maíz transgénico, pero parece que se puede acabar esa aberración actual de “combatir la ciencia neoliberal”.

Al menos parece un avance cualitativo nombrar a Rosaura Ruiz Gutiérrez a un nivel de secretaria de Estado para hacerse cargo de lo que en este sexenio se denominó el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, aquella de los respiradores que nunca se construyeron y las vacunas Patria que nunca sirvieron.

Más allá de la preparación científica de muchos, no de todos, de los perfiles presentados ayer, sí se notó una diferencia en la forma y el fondo de esos primeros funcionarios públicos.

Ahí está Marcelo Ebrard, quien ahora endosa su carta de lealtad que tenía López Obrador a Claudia Sheinbaum. Pero su mejor carta de presentación como próximo secretario de Economía es que ya conoce a los que se sentarán del otro lado de la mesa a ratificar el acuerdo comercial de América del Norte, el T-MEC.

De la mano con Juan Ramón de la Fuente, el siguiente gobierno tendrá un amplio conocimiento de las formas políticas del principal vecino comercial de México.

Esa negociación es, en el mediano plazo, uno de los principales pendientes para México, sobre todo si regresa a la presidencia Donald Trump. Pero, incluso si que queda Joe Biden, La Casa Blanca ha acumulado suficientes quejas en contra de las prácticas comerciales del lopezobradorismo que a Ebrard le tocará convencer de que quedaron atrás.

Ernestina Godoy, presentada ayer como la mejor fiscal de México, seguro esperará desde la Consejería Jurídica de la Presidencia su turno para ser titular de la Fiscalía General de la República.

Alicia Bárcena y Julio Berdegué Sacristán, designados para las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura, respectivamente, completan una primera entrega de funcionarios con impecable currículo y alta carga ideológica, propia de un gobierno de izquierda, pero con pensamiento crítico y formación en el método científico.

Ahora, la realidad es que falta “la carnita” del gabinete, en especial los titulares de las secretarías de Gobernación y Seguridad. ¿Qué tan predecible es que se encargue de los temas de seguridad Omar García Harfuch? Tan predecible como que en Gobernación se quede un alfil del presidente saliente López Obrador.

Por lo pronto, la primera reacción de los mercados financieros, que se le nota muy rápido al tipo de cambio, fue de aceptación de estos nombramientos. La recuperación de la moneda fue momentánea porque justamente le faltan integrantes clave al gabinete para definir el nivel de independencia o de intromisión de López Obrador en la siguiente administración.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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