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Opinión

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Profecías contra Trump

Donald Trump es presidente electo pero, al parecer, ha nacido la demografía negacionista: un conjunto de personas que piensan que Trump no jurará ante la Constitución estadounidense el próximo 20 de enero, o que si lo hace, no durará más de un año como inquilino de la Casa Blanca.

A la realidad se le niega desde la insatisfacción, pero sobre todo desde la incredulidad. Donald Trump es presidente electo pero, al parecer, ha nacido la demografía negacionista: un conjunto de personas que piensan que Trump no jurará ante la Constitución estadounidense el próximo 20 de enero, o que si lo hace, no durará más de un año como inquilino de la Casa Blanca.

La primera reacción de los negacionistas es imaginar que Trump cambiará el dorado de los cuartos en los que acostumbra dormir por el gris de Washington; los casinos por el teléfono rojo; sus conquistas por aburridos diálogos con jefes de Estado; sus fiestas por Cumbres de la OTAN; su lenguaje desenfadado por discursos escritos por alumnos brillantes de Harvard. Trump tendrá que abandonar los estudios donde grabó El aprendiz, un show motivacional, por conferencias de prensa donde el gramaje de sus palabras tendrá un peso superior al de sus albures. Su salto del marketing a la realidad le dolerá. Y al mundo también.

Washington es el parque temático global de la política, una ciudad construida por y para los burócratas. En ella se asientan los 300 puestos políticos de mayor poder estadounidense, y cuyas decisiones, en su mayoría, impactan sobre el tablero geoestratégico.

El 20 de enero, Donald Trump concluirá su mudanza vegasiana en la Casa Blanca. La fotografía de ese día, ya instalada en la mente de millones de personas desde las 2 de la mañana del 9 de noviembre, momento de su victoria electoral, presenta a un Trump en el Despacho Oval con los pies sobre la mesa y un puro en la mano. No faltará, quizá, una remodelación donde acondicionen un salón de juego para diluir sus preocupaciones.

Entre los que vaticinan lo peor para Trump está el profesor Allan Lichtman. Imparte clases de Historia en la Universidad George ?Washington y desde 1984 no ha fallado al adelantar el nombre del candidato ganador en las elecciones presidenciales. En septiembre, cuando pronosticó la victoria de Trump, muchos se rieron porque las encuestas decían lo contrario.

Ahora, el mismo Lichtman asegura que Trump no durará más de un año en la Casa Blanca. Honesto, Lichtman declaró a El País que se trata de un instinto que no pertenece al modelo político que utiliza para pronosticar a los ganadores de las elecciones. Su instinto contiene lo siguiente: Trump es una persona incontrolable, una bala perdida; eso no gusta a los republicanos en el Congreso (...) Ha demostrado que es una persona que respeta poco la ley (El País, 21 de noviembre).

David Brooks, columnista del New York Times, se une a la profecía del profesor Lichtman: Después de todo, el tipo probablemente renunciará o será destituido en menos de un año (TNYT, 11 de noviembre).

Existen los profetas retóricos: Wall Street no dejará que asuma como presidente . También los profetas amantes de la conspiración: Habrá un gran atentado .

El más divertido podría ser el profeta lúdico, quien pensaría que Trump entrará no a la Casa Blanca sino a la del Big Brother. Su misión principal será soportar un cambio radical en su vida y, sobre todo, en su patrón de decisiones. Será difícil que abandone la ruleta rusa.

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