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Opinión

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Programas sociales mal diseñados y poco efectivos

La encuesta de junio del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) señala que 75% de los encuestados a nivel nacional dijeron no recibir recursos de ningún programa social y tampoco apoyo alguno del gobierno.

En junio, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer su informe sobre la valoración de los 17 programas sociales creados en el 2019 por el nuevo gobierno. Para su operación se destinaron 252,000 millones de pesos.

Coneval realizó trabajo de campo para ver de manera directa el funcionamiento de estos programas. Esta evaluación, como señala Rogelio Gómez Hermosillo, “permite verificar si más allá de la intención del presidente, están logrando los resultados esperados” (El Universal 07.06.20).

En el documento se señala que a nivel general los programas sociales en su primer año de operación carecieron de una definición clara de su población objetivo y de los problemas sociales que se busca resolver.

Tampoco está bien definido el impacto de los programas en las condiciones de vida de la población a la cual están dirigidos. Los programas no se diseñaron previamente, sino que tomaron forma a la par de su implementación.

Por la falta de un diseño previo, sobre la marcha se modificaron los lineamientos generales y las reglas de operación. Se puso en riesgo su operatividad. Estos cambios hacen difícil la evaluación del funcionamiento y el impacto de los programas.

Por una falsa política de austeridad y ante la falta de personal, derivada de ésta, los programas concentraron todo su esfuerzo en la dispersión de los recursos y dejaron de lado su seguimiento y la evaluación de sus efectos sobre la población.

El Censo del Bienestar, que debió ser completado por cada programa, se maneja en la opacidad y por lo mismo el Coneval no ha podido evaluar su alcance y confiabilidad.

Se anota que los 17 programas sociales prioritarios no se manejan desde la Secretaría de Desarrollo Social sino directamente desde la Presidencia de la República a través de la Coordinación General de Programas Sociales.

La institución encargada de evaluar los programas sociales del gobierno recomienda a éste que de inmediato identifique con claridad y precisión los efectos que se pretenden lograr en la mejora de las condiciones de vida de la población. Sin esto es imposible la evaluación.

Gómez Hermosillo, que dirigió el Programa Oportunidades, planta “ante la crisis económica asociada al Covid-19, los actuales programas carecen de alcance para paliar los efectos de empobrecimiento” y que “por eso crecerá la pobreza, pese a los 252,000 millones de pesos que se aplican en esos 17 programas nuevos”.

Twitter: @RubenAguilar

Asesor Político. Licenciado en filosofía, maestro en sociología y doctor en ciencias sociales por la Universidad Iberoamericana (Campus Santa Fe, México). Tiene estudios de comunicación en el ITESO (Guadalajara, Jalisco) y de desarrollo institucional en el INODEP (París, Francia). De 1966 a 1979 estuvo en la Compañía de Jesús.

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