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Putin o el día de los inocentes
En medio de las corrientes informativas y desinformativas que corren en el subsuelo del sector mediático, han pasado desapercibidas declaraciones del presidente Putin frente a representantes del G20, que no dejan de provocar asombro.
La racionalidad es un bien escaso. En particular en el sector político.
En política 2 + 2 no es igual a 4, pero la economía doméstica cuenta los pesos y centavos en la bolsa.
El presidente ruso hizo las declaraciones en el evento virtual del pasado martes.
Vladimir Putin ha pedido a presidentes, primeros ministros y a la secretaria Alicia Bárcena (para variar, AMLO se ausentó de manera irresponsable) pensar en alguna forma de que se puede detener la tragedia en Ucrania.
“Sí, por supuesto, las acciones militares son siempre una tragedia”, comentó Putin. Frente a las pantallas de computadoras o de teléfonos, los líderes del G20 se han de haber llevado las manos a la cabeza luego de escuchar una especie de SOS proveniente de Moscú.
¿Cómo acabar con la invasión rusa a Ucrania?
Acto seguido, el presidente Putin reveló algo de la intimidad política: asegura que siempre ha querido dialogar. No se sabe con quién, porque si algo ha quedado manifiesto por parte de su Gobierno es su actitud de sortear al presidente Zelenski.
Si no es con Zelenski, ¿quiere negociar con el presidente Joe Biden?
No sería necesario consultar a Kissinger (que a sus 100 años de edad continúa escribiendo y publicando libros) ni tampoco organizar un simulador de la ONU en las preparatorias para lograr responderle a Putin sobre el camino que debería de seguir para terminar con la tragedia en Ucrania: retirar a su ejército.
Ayer, Seúl acusó a Moscú de haber colaborado con Corea del Norte en el lanzamiento de un satélite espía. El martes, información desclasificada de Estados Unidos sugiere que el grupo Wagner se prepara para proporcionar capacidad de defensa aérea a Hezbolá, es decir, a Irán.
La invasión a Ucrania se acerca al segundo año. La OTAN se ha reorganizado y ha crecido el número de miembros. La Unión Europea goza de cabal salud pese al intento de debilitamiento por parte de Polonia (ya perdió las elecciones el partido Ley y Justicia) y Hungría. El brexit ha generado más furia que sonrisas entre los británicos. Alemania ha dado un giro en su sistema de defensa militar. Ya ha avisado que en las próximas décadas se convertirá en la columna vertebral de defensa en Europa.
El entorno no es como lo pensó Putin en enero de 2021.
Frente a Rusia, vemos a China desmantelando la democracia en Hong Kong y en la mira tiene a Taiwán. Xi Jinping no está nada contento con la invasión rusa a Ucrania. Retrasó su plan Recuperemos Taiwán.
El mundo no tardará en ser gobernado mayoritariamente por tiktokeros dedicados a polarizar a las sociedades y a jubilar a la clase política. Es parte de la posverdad donde la mentira se ha convertido en el artículo número uno de la Constitución globalizada: “Para poder gobernar es necesario mentir; la verdad ha dejado de convencer.
La verdad ya no da votos.
Por lo pronto, el presidente Putin decidió adelantar la celebración del día de los inocentes con aquello de que lo ayuden a pensar cómo concluir la tragedia en Ucrania.