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¿Quién es más culpable?
El albergue nació de una de las omisiones más perniciosas de la sociedad mexicana: el abandono de los niños.
¿Un estado inútil, un gobierno prepotente, las dependencias omisas, una sociedad hipócrita, unos padres irresponsables, una institución rebasada y desbordada?
En el caso del albergue de Mamá Rosa todos somos culpables, por acción u omisión. Los únicos inocentes son las víctimas, los niños que, primero, no pidieron venir al mundo y, segundo, que no eligieron un albergue por hogar, que debieron ser protegidos por una familia y ante la ausencia de ésta, por la protección del estado.
¿Será que hoy una semana después, más de 600 personas, niños en su mayoría, están mejor por haber sido liberados por las fuerzas de la PGR? ¿Esta liberación mejora sus vidas? No lo sé, es más, no lo creo.
Dejemos de lado a los personajes protagónicos para ir a la esencia: el albergue nació de una de las omisiones más perniciosas de la sociedad mexicana: el abandono de los niños.
Son casi 60 años de existencia del albergue, como periodista, conozco el problema desde hace más de 30 años.
No, no está bien que se abuse de niños, los violen, los maltraten, sean usados y vejados; pero tampoco estuvo bien el operativo de la PGR, que dio un golpe a palos de ciego y abrió la caja de Pandora, de la que sólo saldrán males.
Los niños llegaban al albergue porque sus familiares los llevaban, sus padres los entregaban, incluso firmaban renunciando a la patria potestad, se la endosaban a Mamá Rosa.
En derecho prevalece el criterio de no separar a los hermanos y en los hechos entre los niños se creaba una hermandad: Nos entristece que nos separen de nuestros hermanos, porque así nos decimos, hemos convivido durante muchos años y claro que sí te duele dejar a quien quieres, aunque sea para estar mejor , fue el comentario de uno de ellos.
México es firmante de la Declaración de los Derechos del Niño, que en sus 54 artículos deja claras las responsabilidades de los padres y los estados, bastarían algunos para exhibir a unos y otros:
Artículo 18. Los padres y madres son responsables de cuidar de sus hijos e hijas, cuando no puedan hacerlo, el Estado debe ayudarlos.
Artículo 19. El Estado debe garantizar que los menores no sean víctimas de abuso y/o explotación.
Artículo 21. El niño o niña puede ser adoptado cuando la adopción garantice el bienestar del menor.
Artículo 25. Los niños y niñas que sean atendidos dentro de una institución deberán de recibir un trato digno.
Hablemos de lo que sí ocurrirá. Una vez que el tema deje de tener reflectores, los niños regresarán a su realidad, unos al entorno que los rechazó y para el que ahora son más extraños, otros pasarán a albergues donde, probablemente, recibirán trato similar o peor.
En síntesis, ¿qué va a pasar con las 667 personas que vivían en el albergue, 458 menores, 278 niños, 174 niñas y seis bebés? Más aún, ¿qué suerte correrán cientos de niños que ya no van a tener ni siquiera el albergue de Mamá Rosa?
Lo dicho, la PGR, el gobierno federal, destapó una cloaca que apenas es la punta del iceberg.