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Recapitulación y perspectivas sobre las decisiones de política monetaria
El próximo mes conoceremos las últimas decisiones de política monetaria del año tanto en México como en Estados Unidos. Los anuncios de los bancos centrales de ambos países serán fundamentales para que los analistas, los participantes del mercado y el público en general obtengamos una visión más clara del rumbo que tomará la política monetaria el próximo año.
En marzo de 2020, la Reserva Federal (la Fed) redujo las tasas de interés de corto plazo prácticamente a cero e implementó un programa de flexibilización cuantitativa con el fin de impulsar la actividad económica frente a los entonces inciertos efectos de la pandemia. Dos años más tarde, después de un prolongado debate sobre la naturaleza transitoria de las presiones inflacionarias surgidas durante el proceso de recuperación económica que acompañó al rápido desarrollo de las vacunas, y luego intensificadas por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la Fed inició con el ciclo de subidas más agresivo en décadas, llevando su tasa de referencia a 4.50% para finales del 2022. La mayoría de los bancos centrales alrededor del mundo siguieron el mismo camino.
México no estuvo exento de tener que enfrentar estos desafíos económicos globales. A diferencia de la Fed y los bancos centrales de otras economías avanzadas que empezaron a normalizar sus posturas monetarias hasta el 2022, México y otros países en desarrollo comenzaron a subir sus tasas de referencia desde mediados del 2021. ¿Eso significa que estos últimos fueron más acertados en anticipar el ritmo al que terminaría subiendo la inflación? No necesariamente. Si bien la experiencia con episodios inflacionarios previos ha llevado a los países emergentes a ser más reactivos, es también probable que la decisión de adelantarse a los países desarrollados haya tenido que ver con una estrategia preventiva frente a posibles episodios de inestabilidad económica y financiera detonados por contracciones repentinas en las posturas monetarias relativas.
En cualquier caso, el Banco de México (Banxico) adoptó una estrategia similar a la de la Fed. Luego de haber recortado su tasa objetivo de 7.00 a 4.00% entre marzo de 2020 y febrero de 2021, la Junta de Gobierno del banco central de nuestro país emprendió un agresivo ciclo de subidas a partir de junio del año antepasado, llevando la tasa de referencia a 10.50% para finales de 2022.
Durante el 2023, las decisiones de la Fed y de Banxico estuvieron orientadas a seguir consolidando una postura monetaria restrictiva, aunque a un ritmo más moderado y cauteloso. Banxico elevó su tasa de referencia en dos ocasiones más, situándola en un máximo de 11.25% a partir de marzo, mientras que la Fed lo hizo en cuatro ocasiones, llevando la tasa de fondos federales a 5.50%.
Lo más probable es que la Junta de Gobierno de Banxico decida mantener nuevamente sin cambios su tasa de interés el próximo mes y que opte por comenzar con un gradual ciclo de bajadas tan pronto como en el primer trimestre del próximo año. Por su parte, si bien los mercados financieros descuentan que la tasa de referencia en Estados Unidos ya alcanzó su máximo nivel en el actual ciclo de ajuste, lo cierto es que la Fed ha mantenido las puertas abiertas a una subida adicional. Datos recientes sugieren que la economía norteamericana avanza por buen camino hacia un proceso sostenido de desaceleración de la inflación y reequilibrio del mercado laboral. Aunque la Fed se ha esforzado por transmitir el mensaje de que seguirá actuando con cautela, lo más probable es que decida mantener la tasa sin cambios el próximo mes nuevamente, y que proporcione algunas señales de que el ciclo de normalización monetaria podría iniciar a finales de la primera mitad del 2024.
Iván Fernández Mendiola es economista senior de BBVA México