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Recursos del FMI no son un regalo: ADL
No son una aportación, donación o un regalo los 12,000 millones de dólares que entregará el Fondo Monetario Internacional (FMI) a México, aclaró el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León.
Al día siguiente de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su gobierno podría utilizarlas para adelantar el pago de la deuda externa, el banquero central recalcó que tales recursos “son un activo que computa como reserva internacional”.
Con mucha diplomacia y tacto Díaz de León admitió que México puede usar la transferencia multimillonaria del FMI para prepagar deuda, pero el Gobierno necesitaría comprar los fondos del Banco Central.
En una entrevista que nos concedió para Fórmula Financiera dijo claramente que los 12,000 millones de dólares, no son una “donación”; “son un activo que computa como reserva internacional”, y aclaró que “toda la moneda extranjera que el gobierno federal puede obtener del Banco Central se compra”.
Específicamente dijo: cualquier transacción eventual debe realizarse a precios de mercado.
El tema se discute públicamente en el contexto en el que los países miembros del FMI aprobaron la mayor distribución de recursos en la historia del organismo financiero multilateral, con 650,000 millones de dólares en activos de reserva, denominados Derechos Especiales de Giro.
El propósito del FMI es ayudar a los países para que enfrenten sus deudas y las consecuencias de la pandemia Covid-19.
En los próximos días, el FMI entregará a todos los países distintos montos. El mismo día que declaró el Jefe del Ejecutivo su intención de prepagar deuda, el subgobernador Gerardo Esquivel, vía twitter, advirtió de inmediato que no se pueden utilizar con ese propósito.
Pero desde ahora, está claro que si el gobierno lopezobradorista quiere utilizar esos recursos para anticipar el pago de la deuda tendrá que comprarle los dólares que requiera a Banxico y pagárselos con pesos a precios de mercado.
Así de clarito.
Glifosato, prohibición en Vietnam y ¿México?
El glifosato, el herbicida más utilizado a nivel mundial para controlar las plagas, está en el ojo del huracán en México.
La instrucción presidencial es que en cuanto se encuentre un sustituto quedará prohibido su uso en nuestro país.
Sin embargo, los propios productores, Bayer el más importante, a pesar de que han buscado encontrar un sustituto no lo han encontrado.
Por ahora el glifosato se utiliza en más de 160 países y el mercado es de alrededor de 800 millones de galones.
Sólo un país en el mundo tiene prohibido su uso: Vietnam que, decidió prohibirlo por razones culturales.
A la fecha se utiliza en Europa, Canadá y Estados Unidos, además de muchos otros países.
El director general de Bayer en México, Manuel Bravo confirma que esa empresa, que compró a Monsanto -la firma internacional que inventó y obtuvo la primera patente sobre el glifosato- tiene un amparo en contra de la decisión gubernamental y aguardan la resolución de los magistrados. Pero son los productores del campo los que resultarán más afectados porque si llegara a entrar en vigor la prohibición en México, afectaría en un 40% a la productividad.
El control de las malezas es fundamental en los cultivos y el glifosato ha demostrado ser muy eficaz.
En México se utilizan 25 millones de litros de glifosato, es el herbicida más utilizado y cerca de 780 marcas lo proveen en sus distintas presentaciones.
Bayer que invierte entre 12 y 13% de sus ventas en investigación no ha podido encontrar un sustituto del glifosato por sus ventajas pero sobre todo por su seguridad.
Así las cosas.
Atisbos
POBREZA.- Un crudo y claro diagnóstico realizó la Coparmex en torno al crecimiento de la pobreza y los programas sociales del gobierno lopezobradorista.
Considera la organización patronal que la política social y el ejercicio del gasto asociado deben dar un “golpe de timón” pues a pesar de que se destinan 273,000 millones de pesos, para nueve programas sociales considerados prioritarios a nivel federal, la pobreza ha aumentado. Propone siete medidas para focalizar los apoyos y critica su uso político-clientelar.