Reforma de telecom: paso hacia el fin de la violencia

Aunque rara vez se habla de telecomunicaciones y violencia, lo cierto es que aumentar la competencia en el mercado de telecomunicaciones y agilizar el despliegue de banda ancha en el país podría implicar, en el mediano y largo plazos, el fin del robo con violencia.

El dinero electrónico, una de las seis tendencias en Tecnologías de Información que está trasformando la forma cómo interactuamos, podría eliminar eventualmente el uso de efectivo y con ello desaparecer el anonimato que necesitan los extorsionadores y secuestradores para operar.

Tal vez suene exagerado, pero al desaparecer el efectivo, todas las transacciones se vuelven rastreables, lo que implica que desaparecería el robo como lo conocemos. Aunque el daño económico potencial de los crímenes futuros con dinero electrónico es potencialmente mayor, la forma de cometer dicho crimen es mucho menos disruptiva y menos costosa socialmente. Es decir, un hacker puede robar a 1 millón de cuentahabientes en una sola tarde, pero no necesita ejercer violencia para hacerlo. Cualquiera que haya sido asaltado o retenido en un secuestro exprés sabrá que aun cuando le hayan robado menos dinero, dicho crimen cambió más su vida que cuando clonaron su tarjeta de crédito, aun cuando el monto de la clonación haya sido mayor.

Si bien, el dinero electrónico aún es incipiente en el mundo (apenas representó 2% de las transacciones monetarias realizadas en Europa en el 2010) y en el caso de México apenas representó cerca de 2,500 millones de pesos (2011), su uso en el país se ha duplicado en los últimos cinco años y triplicado en el mundo. De acuerdo con especialistas en TICs, como the Pew Internet y Susan Crawford (asesora del presidente Obama en temas de tecnología), para el 2020 se habrá prácticamente eliminado la necesidad del efectivo, aun en países en vías de desarrollo, por la adopción de medios digitales de pago.

En México, entre las barreras para la adopción de alguna forma de dinero electrónico se encuentra la falta de infraestructura de Internet y su alto costo. Esto disminuirá en caso de llevarse a cabo la reforma de telecomunicaciones. La agenda pendiente para aprovechar dicha tendencia tecnológica será crear un marco de seguridad digital de clase mundial y flexibilizar la regulación fiscal.

rgallegos@eleconomista.com.mx