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Opinión

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Se murió Carlos Urzúa

En octubre del pasado 2023, el economista Carlos Urzúa anunció que se uniría al movimiento  de oposición encabezado por Xóchitl Gálvez...

La vida con frecuencia nos arroja en el rostro sorpresas de difícil explicación. En la nota periodística relativa al muy inesperado fallecimiento de Carlos Urzúa, primer secretario de Hacienda del gobierno de la 4T, en un pequeño recuadro pudimos leer la hoja de servicios profesionales de quien fue en vida un distinguido matemático y economista. Según la información correspondiente, Urzúa obtuvo dos grados académicos en matemáticas siguiendo una maestría y un doctorado en Economía en la Universidad de Wisconsin. ¿Cómo pudo un académico y profesionista con ese perfil desarrollar cercanía con una persona del estilo de López Obrador, refractaria a la buena preparación y a la racionalidad científica y técnica? Siendo como el agua y el aceite, la relación se sostuvo durante algún tiempo, hasta que la fuerza del destino le cobró la factura a Urzúa. Tal vez nunca tuvo razón para sorprenderse: ¡había suscrito un pacto con el diablo!

De una forma seguramente no del agrado del presidente AMLO, Urzúa presentó una carta de renuncia inusitadamente sincera, sin eufemismos, y todavía peor: la difundió a los cuatro vientos. En la misma expresó, abiertamente, que “discrepancias en materia económica hubo muchas”. Y a continuación la primera de las granadas explosivas: algunas de las discrepancias, “porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”. En opinión del renunciante, “toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los efectos que ésta pueda tener, y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o izquierda”. Y a continuación, el colofón terminal: “Durante mi gestión [hacendaria], las convicciones anteriores no tuvieron eco”.

Y después de su destitución del timón en Hacienda, Urzúa se convirtió en un renunciado atípico participando en foros académicos y expresando opiniones críticas sobre el régimen del que había formado parte importante. Y la noticia más explosiva es que en octubre del pasado 2023, el economista Carlos Urzúa anunció públicamente que se uniría al movimiento de oposición política encabezado por la candidata Xóchitl Gálvez.

Carlos Urzúa no era un individuo tan mayor –contaba al momento de su muerte con apenas 68 años de edad– y además nunca hubo indicio alguno de que padeciera problemas de salud. Su fallecimiento, en vísperas de que empiecen las campañas políticas, despierta suspicacias imposibles de ocultar. El parte médico señala que perdió la vida al caer de las escaleras. ¿Será cierta esa información o tan sólo una conveniente cortina de humo? O como habría cuestionado Cantinflas: ¿murió o lo murieron?

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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