Sergio Allard se va de Aeroméxico

Sergio Alfonso Allard Barroso, actuario egresado de la UNAM, llegó a Grupo Aeroméxico en el 2010 (año en que Mexicana de Aviación, donde también laboró, se quedó en tierra, en parte, por un orquestado ataque para difundir que la empresa no podía pagar un crédito).

Venía de Spanair, donde vivió experiencias complicadas, de esas que templan el espíritu profesional. En Aeroméxico pasó de ser la cabeza Comercial a vicepresidente ejecutivo de Legal y Relaciones Institucionales.

Ahora, sin mayores detalles, se conoció que el hombre que vivió el momento más difícil de la aerolínea en la historia reciente, la reestructura financiera tras la turbulencia del Covid-19, y antes participó en la actualización del importantísimo Convenio sobre transporte aéreo entre México y Estados Unidos y en la preparación del Acuerdo de Colaboración Conjunta (JCA) con Delta Air Lines ha decidido retirarse.

¿Qué pasó? ¿A dónde llevará sus maletas cargadas de experiencia en la industria de la aviación?

Contexto: los primeros días de este mes, en redes sociales y reenvíos de WhatsApp, se difundió una copia del mensaje que envió Andrés Conesa, director de Grupo Aeroméxico, a sus colaboradores para informar la salida de Allard (el hombre que suele dar tremendas palmaditas de aprecio en la espalda y sonreír cuando es necesario).

 “Sergio, te agradecemos profundamente por tu entrega y compromiso en todos estos años, y te deseamos lo mejor en los nuevos retos que sabemos estás por emprender. Un gran abrazo”, puso al final.

La gratitud es una gran virtud.

Cierto que hay testimonios de las duras y largas negociaciones que tuvo con el personal sindicalizado y de que las voces de ambas partes se elevaban, lo que no dejó gratos recuerdos.

Tampoco fue grato el papel que tuvo en la segunda mitad del 2018 para dar argumentos a favor de que se siguiera la construcción del aeropuerto de Texcoco, en su papel de presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero).

Sin complicación y con datos, difería de los argumentos de representantes del entonces próximo gobierno federal y defendía la importancia de tener una infraestructura aeroportuaria de primer mundo en beneficio de la competitividad del país. No hubo suerte.

Por su cargo, Sergio estaba donde debía estar y quedó constancia en fotografías: lo mismo junto al secretario de Turismo, Miguel Torruco, que, en los pasillos del pasado Tianguis Turístico en Acapulco, a unos metros del stand donde Volaris hacia un anuncio con el gobierno de Yucatán, o en la inédita reunión de mayo previo en la Secretaría de Gobernación, donde Allard estuvo frente a frente con su titular, Adán Augusto López.

Como un alegre recuerdo, igual queda la imagen del reconocimiento Ángel del turismo honorario que le entregó la Asociación Mexicana de Agencias de Viaje (AMAV) Ciudad de México en el 2018, por su trayectoria en la aviación.

¡Buen viaje!, se dice para la ocasión.

alejandro.delarosa@eleconomista.mx