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Taylor Swift reaviva el debate contra Ticketmaster
Como casi todo lo que hace Taylor Swift, el anuncio de su más reciente gira causó furor y alborotó todo. La venta de boletos para la gira The Eras Tour, su primera desde 2018, colapsó los sistemas de Ticketmaster el 15 de noviembre, mientras miles de personas en todo el mundo trataban de conseguir una entrada.
De acuerdo con un comunicado de Ticketmaster, el sitio de venta de boletos presentó una “demanda histórica sin precedentes” e informó de que estaba solucionado problemas técnicos. Las quejas de los usuarios abundaron y minutos después comenzaron a salir esos mismos boletos en los sitios de reventa con precios de hasta 27,000 dólares por entrada.
No es un caso aislado y tampoco una historia nueva. Durante los años noventa Pearl Jam se enfrascó en una batalla contra Ticketmaster para evitar su servicio durante su gira de 1995, aunque 14 meses después la banda se vio obligada a retomar sus relaciones con la compañía.
Durante el verano pasado, la venta de boletos para la gira estadounidense de Bruce Springsteen & The E Street Band del 2023 recibió fuertes críticas por el sistema dinámico de Ticketmaster que elevaba el precio de las entradas hasta los 3,000 dólares.
Todos los que hemos comprado un boleto nos hemos enfrentado a esa tortura. Los sistemas de preventa que te obligan a utilizar una tarjeta de crédito para poder tener acceso a una sala virtual sin garantizar nada; los elevados precios de los boletos que los fanáticos están dispuestos a pagar para ver a su artista favorito, y el mundo de la reventa en el que nadie quiere intervenir.
El regreso a los escenarios llega en un momento clave para Taylor Swift. Con su décimo álbum Midnights, Swift se convirtió en la primera artista en ocupar todo el top 10 de las listas de Billboard. El álbum vendió en su primera semana el equivalente a 1 millón 578,000 copias en Estados Unidos, de acuerdo con el servicio de monitoreo Luminate y registró 486 millones de reproducciones en los servicios de streaming. Swift lanzó Midnights el 21 de octubre, bajo la producción de Jack Antonoff. El álbum representa su regreso hacia un sonido más pop.
Durante la pandemia, Taylor Swift transformó su imagen de la superestrella del pop para mudarse hacia el terreno del cantautor. Con esto no quiero decir que antes no lo fuera, sino que su percepción estaba más ligada hacia el country pop y sus estereotipos. Con Folklore y Evermore, que incluye colaboraciones con Bon Iver, Aaron Dessner de The National y Jack Antonoff, Swift ganó el reconocimiento y nuevos fanáticos que no habían reconocido su talento como compositora.
Swift se ha convertido en una figura que busca recuperar el control de sus grabaciones y poseer los derechos de su música, luego de que la firma Ithaca Holdings vendió su catálogo por unos 300 millones sin su consentimiento. Esto la ha llevado a regrabar sus primeros seis álbumes.
La venta de boletos para la gira de Taylor Swift en Ticketmaster volvió a despertar las críticas contra esta compañía en Estados Unidos. Una serie de legisladores demócratas como Amy Klobuchar, Alexandria Ocasio-Cortez, Bill Pascrell Jr. y David N. Cicilline criticaron el poder sustancial que la compañía ejerce sobre la industria de la venta de boletos.
El congresista David Cicilline que está a cargo del comité de la Cámara de Representantes sobre competencia y antimonopolio pidió al Departamento de Justicia estadounidense investigar si Live Nation Entertainment eleva los precios y ahoga a la competencia.
En octubre, el presidente Biden también hizo declaraciones sobre la necesidad de regular las “altísimas tarifas” y los “cargos sorpresas” de la venta en línea, sin mencionar directamente a Ticketmaster.
Con Midnights, Taylor Swift reitera su condición como una de las artistas más exitosas con ventas millonarias, récords en las listas de Billboard y los servicios de streaming. Sin planearlo, Swift también puso el foco sobre Ticketmaster y sus prácticas de negocio.