Lectura 4:00 min
Tendencia de la "Cena de chicas": Entre la anomia y el sexismo
La tendencia viral de "la cena de chicas".
En redes sociales existe una tendencia viral llamada "girl dinner", (cena de chicas), en la que las usuarias de las redes publican los alimentos que toman de cena.
La idea de mostrar lo que cenan, en una parte, se compone generalmente de comidas que pudieran parecer botanas, tablas de charcutería, entre otros alimentos que podrían clasificarse como botanas y no como platillos de cena, sobre todo en un contexto anglosajón.
Detrás se la idea de mostrar este tipo de comidas, se encuentra implícito el tema de la transgresión de normas sociales y dietéticas, pues la idea de mostrar lo que comen en el fondo, es para mostrar que no siempre comen de manera estructurada alimentos que están aconsejados desde un punto de vista dietético. Esta manifestación constituye en cierta forma, una especie de anomia o rebeldía contra lo establecido, al "deber ser" en torno a las identidades y su relación con la comida.
La anomia alimentaria en sociología, se caracteriza por la transgresión de normas sociales alimentarias, en las que no existe una estructuración de las comidas, o cualquier comida puede ser buena para comer en cualquier momento del día. En las sociedades contemporáneas esta anomia también se refleja en la baja de controles sociales en las comidas, donde se privilegian por ejemplo consumos individuales a cualquier momento del día.
Durante décadas o incluso siglos, la feminidad en muchas ocasiones se ha asociado el hecho de comer frugalmente con la condición femenina. La carne por su parte, históricamente ha estado asociada a la condición masculina. Aunque en realidad estas asociaciones constituyen estereotipos, hoy en día es común pensar que son principalmente las mujeres quienes estarían más interesadas en seguir una dieta o en comer una comida estructurada. Todo en consecuencia del control sobre los cuerpos que se ejerce a partir de relaciones de poder.
Las llamadas cenas de chicas, muestran una variedad de platillos, casi siempre de preparación muy simple, que no responde generalmente a cánones sobre el deber ser. Recordemos que en el contexto anglosajón, las cenas generalmente son el plato más importante del día y están constituidas por platillos más elaborados que en el contexto mexicano corresponderían a una comida de mediodía. Las cenas mostradas en esta tendencia transgreden estas estructuras, pues están constituidas, por ejemplo, por galletas con queso, palomitas, papas fritas, etcétera.
Posteriormente esta tendencia tuvo otras manifestaciones en las que muchas mujeres mostraban sus "cenas", constituidas por apenas un licuado o una almendra por ejemplo. De esta manera, se visualiza entonces la manera en la que una alimentación desestructurada puede incluso, revelar otros trastornos de la conducta alimentaria.
Como respuesta a esta tendencia, surgieron por ejemplo las "cenas de hombres" o las "cenas de mamás", donde básicamente las madres comen lo que sobra después de alimentar a sus familias. En México, por ejemplo, las mujeres son quienes gestionan o preparan los alimentos de una unidad doméstica, ya sea como trabajo remunerado o no.
Son pocos los hombres que realmente emplean tiempo en la gestión y uso de los recursos para el consumo de alimentos cotidianamente ¿Hasta qué punto estas tendencias en lugar viralizar realmente una tendencia contestataria, perpetúan aspectos sexistas o incluso, difunden conductas alimentarias de riesgo?
Lo que pretende ser una tendencia contestataria se volvió una manifestación del sexismo o por lo menos, de las inequidades de género en torno a aspectos de la alimentación.