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Tenis femenil, un camino que nace del mérito propio
Las voces referentes del tenis femenil mexicano imponen su nombre con base en resultados y en un proceso de largo aliento que inició de fuente propia: recursos, voluntad, prioridad de tiempo y el buen respaldo de un patrocinador, que muchas veces es la familia.
México celebra los triunfos de las tenistas mexicanas más destacadas de la actualidad y eso abre paso para analizar la película completa. ¿Cuánto se sabe sobre cómo se gestionan los inicios de la carrera de una tenista? ¿Qué tanto es el tenis femenil o varonil una prioridad para el presente sexenio? La realidad es que el tenis está ubicado antes de un mandato presidencial.
“El presidente pidió que vayamos más hacia el deporte popular, que tengamos un plan de integración y readaptación de un tejido social que está fragmentado y la herramienta más efectiva y no costosa es la deportiva”, dijo Ana Gabriela Guevara al tomar la titularidad de la Conade.
Recordemos en la apertura del camino del tenis femenil los nombres de Yolanda Ramírez, Angélica Gavaldón, Melissa Torres, Giuliana Olmos, Renata Zarazúa y Marcela Zacarías.
“En mi época, mis papás me costeaban todo, tuve la gran fortuna de contar con su apoyo incondicional y asesoramiento siempre. Después de ganar se acercó la marca Wilson y me empezó a dar raquetas y uniformes, pero nunca tuve una beca ni supe de algún programa de la Federación”, asegura Yolanda Ramírez, la mejor tenista de nuestra historia en la rama femenil.
Ramírez tiene un lugar en el Salón de la Fama de Roland Garros y Wimbledon, además de que disputó siete finales de Grand Slam.
La oferta de torneos ahora es mayor a la que había hace algunas décadas en las que no existía WTA. Sin embargo, en la era moderna, después de casi 60 años, los apoyos y programas siguen siendo mínimos para este deporte de élite en México.
“Entrenaba por las mañanas y tardes, eran entrenamientos 100% enfocados, no se permitían las distracciones, creo que eso me ayudo a conseguir buenos resultados”, recuerda Yola.
En la década de los noventa, Angélica Gavaldón era el nombre destacado al hablar de una raqueta mexicana. En dos ocasiones, en 1990 y 1995, llegó a los cuartos de final en el Abierto de Australia, fue el mejor resultado que consiguió en un torneo de Grand Slam y su mejor ranking fue el 34 singles. Otro nombre referente del tenis femenil mexicano irrumpió a principios del año 2000: Melissa Torres, que alcanzó su mejor sitio en el 227 del ranking.
Pero 20 años después, pronunciamos frecuentemente tres nombres: Giuliana Olmos, Renata Zarazúa y Marcela Zacarías. Renata, a los 24 años, está posicionada (en mayo 2022) como la número 174 en el ranking de la WTA en modalidad singles y se convirtió en la primera mujer mexicana que apareció en el cuadro principal del Roland Garros después de dos décadas.
“Creo que el trabajo que están haciendo Giuliana Olmos y Renata Zarazúa es muy bueno, pueden dar excelentes resultados, si me pidieran un consejo solo les diría que entrenen todo lo que puedan para mejorar, esa es la clave del éxito, esforzarse y entrenar mucho”, subraya Yolanda Ramírez.
Giuliana dio un salto enorme en la modalidad de dobles en el ranking. Este 2022 alcanza en mayo su mejor lugar, el 11 del mundo, con cuatro títulos en WTA, el más reciente, el del Madrid Open Masters 1000.
“No recibo nada de apoyo, solo me regalan raquetas, ropa, pero de dinero, nada, para nosotros es muy difícil, tienes que pagar tus vuelos, comidas, estancias, coach, viajas como 30 o 40 semanas al año, nos falta más apoyo del gobierno, de la Federación. La diferencia con otros países donde hay mejores jugadoras son los apoyos, no les dan todo, pero sí un coach gratis, una beca durante el año y creo que en México eso no se hace”, expresó Giuliana Olmos.
‘Gugu’ confía en que se puedan repetir los resultados de Yolanda Ramírez, “es claro que es muy difícil, pero vamos bien y entre nosotras siempre nos apoyamos. Para los tenistas mexicanos la presión es tener presupuesto para seguir jugando, esperas ganar cada semana para pagar tus vuelos del torneo siguiente, si pierdes tienes que pagar el hotel, entonces de ahí viene la presión, pero de México mismo, como no nos apoyan tanto, no sentimos tanta presión. Creo que todo va mejorando, siento que la Federación está intentando apoyarnos un poquito más, pero la verdad es un deporte muy difícil”.
El deporte blanco empuja y argumenta con resultados y méritos la merecida atención que están ganando los nombres de las generaciones más destacadas en la rama femenil, aunque todavía hay peticiones por resolver.
Twitter: @DMarleneC1
LinkedIn: Marlene Cedillo
* Marlene Cedillo es Licenciada en Comunicación y Periodismo por la UNAM. Es encargada de Prensa y Relaciones Públicas del Abierto WTA de Zapopan. Su misión es ayudar a difundir el deporte blanco en México.